El aniversario
“A un año, el gobierno de Santos no ha decepcionado”
EL presidente Juan Manuel Santos acaba de cumplir el primer año de un gobierno que él se ha apresurado a decir, en cuanto escenario se lo quieran oír, va a ser de “solo” 4 años. Puede que sea cierto, o que tal vez, como su antecesor, termine creyendo que un período constitucional no es suficiente para culminar una tarea medianamente respetable para la solución de algunos de los problemas del país. Cualquiera sea el escenario, si llegare a optar por la reelección, lo único seguro es que no tendría el baldón moral de su karma, que cambió la Constitución en beneficio propio y pagó por ello.
Probablemente por su origen liberal, o porque estime que la “tercera vía”, de la que era (¿es?) tan afecto, está más cercana de ese ideario, el presidente Santos ha dedicado el primer año de su gobierno a honrar el lema de Jorge Eliécer Gaitán y por eso está lanzado “A la carga, por la restauración moral de la República”. Toda una paradoja, un Santos gaitanista.
A un año de iniciado, el gobierno de Santos no ha decepcionado. Evidentemente ha recompuesto casi todas las redes del poder público que el ánimo pendenciero de su predecesor había hecho trizas, e igualmente ha logrado restablecer las relaciones internacionales, especialmente con los vecinos, a punto tal que la Cancillería nacional hoy ejerce un notorio liderazgo regional.
La recuperación moral es apreciable en la denuncia y persecución de notorios y cuantiosos casos de corrupción, verdaderos negativos del Gobierno anterior. El anterior Jefe de Estado, como buen finquero, fue corriendo las cercas de la legalidad hasta extremos tan vergonzosos y descarados que ha logrado que algunos de sus correligionarios hayan sido presentados por la Fiscalía como delincuentes de cuello blanco y calificados como peligrosos para la sociedad. Pero no solo en la lucha contra la corrupción sino, sobre todo, en la reparación de algunas deudas históricas que el Estado ha ido acumulando mediante la sistemática negación de su existencia, se nota el nuevo talante moral.
La Ley 1448 de 2011, por medio de la cual “se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno”, es, como lo dice alguna propaganda oficial, suficiente motivo para que el gobierno Santos quede registrado como uno de los mejores de la historia; obviamente su compromiso no se agota en la mera aprobación -que ya es una hazaña- sino que su obligación principal es la de aplicarla y hacerla cumplir, sobre todo en lo atinente a la devolución de tierras.
Si por el primer año pueden calcularse los otros tres, creo que hay esperanza, pero no hay que descuidar flancos como el de la seguridad, que muestra preocupantes signos de deterioro, tan graves que hasta el propio Santos es víctima de continuos atentados de uno que no solo se cree el amo y señor de los huevitos, sino la mamá de los pollitos.
@quinternatte