HUGO QUINTERO BERNATE | El Nuevo Siglo
Martes, 6 de Agosto de 2013

Cárceles mediáticas

 

Cada  vez que hay un caso más o menos notorio que involucra el derecho penal, la nación colombiana termina mostrando su verdadera cara. Una como de horda de bárbaros, bastante alejada de eso que genéricamente se acepta como “civilización”. 

Si el asunto involucra una persona que tiene la “fortuna” de reunir en sí, varios símbolos de esos que pueden significar que se trata de un “rico”, el asunto es aún peor. Un carro de marca de lujo, una cara joven y una universidad costosa, son elementos suficientes para que cada uno saque ese pequeño paramilitar, guerrillero o, por lo menos, barra brava, que lleva dentro.

Todo eso se unió en cabeza de Fabio Andrés Salamanca, a quien para acabar de completar el cuadro, no se le detuvo a pesar de ir embriagado en el momento de arrollar un taxi, matar dos personas y dejar gravemente herida a una tercera. Adicionalmente, se declaró en estado de estrés agudo, retrasando así su comparecencia ante la justicia.

El problema escaló aún más, cuando la Jueza de Garantías que tuvo a su cargo la audiencia de imputación no accedió a la petición de la Fiscalía de imponerle medida de aseguramiento en establecimiento carcelario.

Ocurridas así las cosas, la horda de bárbaros que no solo insultan desde el cómodo anonimato de las cuentas falsas de las redes sociales, sino que también lo hacen desde el desembozado poderío de algunos medios de comunicación que explotan las pasiones más bajas de la audiencia a la que han maleducado durante tanto tiempo, decidió que ya no era hora de linchar al conductor borracho y asesino, sino que ahora el turno era de la valiente jueza Carmen Gualteros.

Con las honrosas excepciones de los editoriales de El Espectador y de El Nuevo Siglo y de las paradójicamente prudentes y ponderadas opiniones de comentaristas jóvenes de la radio, como Espinosa o Acevedo y de algunos juristas, toda la prensa atacó no solo la decisión de la Jueza, sino a la Jueza.

Daba vergüenza oír un periodista tan veterano e importante como Arizmendi desatado en contra de la Jueza o a algunos de Blue Radio. La justicia mediática en toda su más oscura acepción. Todos intentando imponer su criterio por encima de la Jueza. Al negarse a distinguir entre necesidad de la pena y fines de la medida de aseguramiento, confunden deliberadamente a su audiencia.      

Y lo más sorprendente: ni una crítica contra la Fiscalía, ni un juicio de responsabilidad contra esa institución que es la verdadera responsable de la situación. Los jueces en un sistema oral no pueden hacer sino lo que las partes les soliciten. Y no pueden conceder sino aquellas pretensiones que sean capaces de probar.

Si la Fiscalía pretendía enviar a la cárcel al irresponsable conductor, ha debido probar sus razones. Y no bastaba, como lo sostiene el Director Seccional de Fiscalías, simplemente alegar que el delito era muy grave.

Y la prensa ayudaría más a la cohesión social con la que tiene deber, sin en lugar de linchar a la Jueza le explicara a su audiencia las razones de su decisión.

@Quinternatte