Los ganaderos de Colombia definitivamente han llevado la peor parte de este Gobierno.
Creímos que la indiferencia era sólo con los productores de leche, pero con sorpresa igual queja escuchamos de Gustavo Castro Guerrero, exminagricultura en dos ocasiones, cuando manifestó que no había sido posible que Iragorri lo recibiera, y con cifras demostrara el deterioro del mercado nacional de la carne y sus nefastas perspectivas en el exterior luego del problema causado por la aftosa.
Castro es el presidente de Acinca, organismo gremial de los industriales de la carne.
Pero es que también hemos escuchado y leído a Lafaurie de Fedegán y a muchos otros reclamando sobre la parafiscalidad ganadera; y que no decir, del desacierto de este mismo Gobierno al querer imponer medidas tales como el mal llamado "Precio Excedente o Precio Exportación" , pretexto para bajarle "voluntariamente" el precio al productor, sin mediar un plan exportador previamente concertado, ni una prueba piloto para medir las consecuencias y poderlas corregir; ni mucho menos un acuerdo comercial entre los productores y la industria a través de uniones temporales o consorciales que hagan participe a los primeros también de las supuestas bondades del negocio de la exportación de leche.
A "decretazo limpio" se pretende imponer y con unos afanes que nadie se explica, mucho menos en este momento en el que se escuchan trinos sobre los cambios que puede haber en el mercado internacional de la leche y sus derivados en los próximos meses.
La adición que el Gobierno ha propuesto a la resolución 017 de 2012, con el fin de exceptuar a la industria del pago del precio mínimo allí establecido, así como se ha presentado es un contrasentido, pues totalmente equivocado es pensar en pagar un precio inferior al productor, sustentado en unos supuestos excedentes ("enlechadas) causados más bien por los excesos de leche importada, o por la reducción de las ventas durante la temporada de vacaciones de escuelas y colegios.
Leche que más bien podría pulverizarse para reemplazar la que la industria importa
Por supuesto, que para reemplazar leche importada por nacional habría que concretar unas reglas de juego específicas, que no son propiamente las de la resolución que actualmente se impulsa.
Primero hay que promover el consumo interno y garantizar la soberanía alimentaria, lo dijo Iragorri en su programa "Colombia Siembra", que para la leche no aplicó.
Hay que garantizar el consumo per cápita recomendado nutricionalmente, del cual aún estamos lejos.
Además, la fórmula para el cálculo del "Precio Exportación" tiene unas distorsiones inmensas, comenzando por pagarle mal al productor nacional una leche de excelente calidad, lo cual solo favorece a la industria para hacerla rendir en sus procesos industriales.
Únicamente se está pensando en calcular el precio para leche en polvo entera, cuando el mercado internacional demanda otros productos de mayor valor agregado.
De esa forma, al productor solo se le paga sobre el commodity más barato y no sobre una canasta de productos (quesos, suero, mantequilla, proteína láctea etc), que es lo que conlleva a que si se exportan otros productos, el margen mayor también sea solamente para los industriales y no para el ganadero, pues la resolución no prevé nada de eso.
El costo de la maquila será también el que cobre la industria pulverizadora colombiana, que es bastante ineficiente con relación a las competencias internacionales, pero ese concepto de competitividad no se tiene en cuenta y eso puede significar entre 300 y 400 dólares del costo que asume el ganadero cuando le paguen el excedente.
Son estos apenas algunos de tantos inconvenientes y consecuencias del desacierto de dicha medida, en la forma en que ha sido anunciada.