Jaime Pinzón López | El Nuevo Siglo
Miércoles, 1 de Julio de 2015

Notas de protesta y…

 

Cuando en 1978 el Gobierno sandinista de Nicaragua declaró nulo e invalidó el Tratado Esguerra-Bárcenas de 1928 en acto ilícito internacional y publicó un mapa extendiendo su mar, Colombia envió una nota de protesta. Después comparecimos ante la Corte Internacional de Justicia sin haber recibido jamás  respuesta. Con base en tal atropello hubo largo juicio y  sabemos que el Tribunal reconoció la soberanía sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia en el 2007 y enredó el mar en el 2012 en sentencia que el presidente Juan Manuel Santos declaró inaplicable, para aliviar un problema que sigue con la demanda de extensión de la plataforma continental y hacemos de nuevo presencia equivocada en estrados. Con Nicaragua no se ha hablado y la política se limita a mantener estática la situación. Información al respecto brilla por su ausencia. ¿Cuál es la estrategia recomendada por el grupo de expertos contratado por el Gobierno, algunos de otras nacionalidades? ¿En qué van el proceso y la gestión del agente de Colombia ante La Haya?

Después de nueve años de estar suspendidos los diálogos con Venezuela para  la delimitación de una importante área de mar en el Golfo de Coquivacoa, a partir de la costa guajira, ahora, ante otro acto ilícito internacional, el del decreto de zonas militares de autodefensa dizque frente a  Guyana, expedido por el Gobierno Maduro, que conlleva mapa con coordenadas adoptadas arbitrariamente y  argumento etéreo, la Cancillería colombiana ha enviado nota de protesta tendiente a que se rectifique el acto administrativo. Priva el criterio de que es mejor mantener congelado el tema, -“no vamos a improvisar”- a pesar del vínculo del mismo con lo referente a Nicaragua y de la tenaza contra derecho y la integración continental, que afecta derechos de mar territorial, zona contigua, plataforma continental, área submarina, zona económica exclusiva, e inclusive la reserva mundial de “Sea Flower”, que alberga especies de animales, flora y fauna, en  riesgo de desaparecer.

Por estos días la ministra María Ángela Holguín está más comprometida con las conversaciones de paz en La Habana que en buscar el acuerdo en el diferendo respecto de las áreas, aun cuando ha dicho que “la vía correcta es la negociación con Venezuela”. La nota de protesta corresponde pero urge retomar el análisis de las diferencias y debatirlas hasta conseguir la delimitación. El ejercicio bilateral debe hacerse por encima del decreto nulo,  con o sin corrección. Realizarlo es pieza clave para el futuro de las relaciones  de dos países que comparten Libertador e Historia. ¿Sería factible que  conociéramos, precisada en la publicación de un gran documento de Estado, la posición y propuesta de Colombia?