JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO | El Nuevo Siglo
Martes, 15 de Noviembre de 2011

Tareas difíciles

La  deuda pública que deja Silvio Berlusconi en Italia asciende a casi dos billones de euros y el desempleo está en un nivel del 10%.

Además, tras la serie de escándalos de orden sexual, financieros, judiciales y por corrupción -pese a los cuales Il Cavallieri contó en tres oportunidades con el favor popular-, salió muy desprestigiado, hasta el punto de que su renuncia, solamente producida después de que el Parlamento aprobara su paquete de reformas económicas, fue recibida con júbilo por miles de manifestantes en Roma y en otras ciudades.
El presidente Giorgio Napolitano ha confiado al economista Mario Monti la difícil tarea de conformar el nuevo Gobierno, y en verdad cuenta con el respaldo y sobre todo con la esperanza de los italianos, además de los gobiernos europeos, lo que representa, en las actuales circunstancias, que todos lo ven como el posible salvador de Italia ante la perspectiva actual del desbarajuste económico.
Las dificultades en la composición del gabinete han comenzado con la posible designación, en el Ministerio de Justicia, del abogado Ugo de Siervo, quien como presidente de la Corte Constitucional impidió la entrada en vigencia de las leyes que declaraban a Berlusconi inmune a los procesos judiciales y le otorgaban prácticamente una insostenible amnistía por sus delitos. Los partidarios de Berlusconi se abstienen por ello de apoyar a Monti, a menos que excluya a ese jurista del Gobierno, por entender que utilizó su cargo para hacer política, cuando en realidad no hizo otra cosa que cumplir su función judicial.
En todo caso, Mario Monti tiene un encargo difícil de cumplir en el campo político y en el económico.
Otro tanto puede afirmarse del nuevo gobernante griego, Lucas Papademos, quien asume un reto similar tras la renuncia de Giorgos Papandreu a la dirección del Ejecutivo.
España, por su parte, cuya situación económica es muy difícil y cuyo desempleo presenta los más altos índices en Europa, se apresta a elegir al nuevo presidente del Gobierno, quien todo indica será el conservador Mariano Rajoy, como consecuencia del evidente fracaso de Rodríguez Zapatero. Este entrega un país en crisis, de tal magnitud que se vio precisado a adelantar el proceso electoral para el 20 de noviembre.
Rajoy tampoco la tiene fácil, ya que en realidad será elegido a lomo del desprestigio de Zapatero, y no por la bondad de sus propuestas, que son prácticamente inexistentes.