JOSÉ LUJÁN ZAPATA | El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Septiembre de 2013

¿Cuatro errores judiciales?

Hay  jueces y magistrados que se equivocan de buena fe, son humanos; pero hay otros que también se equivocan; de estos últimos, líbranos Señor.

Toda la sociedad, pero especialmente quienes somos profesionales del derecho estamos en la obligación moral de clamar, explicar y crear conciencia permanente, sobre hechos terribles que a veces afectan la administración de justicia y que pueden causar dolorosos e irreparables daños a ciudadanos honestos de arriba, de abajo o del medio; de todo el espectro social y político. Pueden dañar la vida y el cargo de servidores públicos como Gustavo Petro Urrego, actual alcalde de Bogotá; seguramente el colombiano que durante las dos últimas décadas ha demostrado tener el más alto grado de valor civil, cuando denunció a los paracos gordos y flacos, a los de las motosierras, a los Morenos y a los privilegiados de las basuras.

Desgraciadamente florecen ahora en nuestra compleja sociedad, testigos falsos que juran por dinero, por una rebaja de pena o por  simple enfermedad mental. Una sociedad plagada de corruptos, pero también de mitómanos, débiles mentales  y  fabuladores peligrosísimos.

Conozco varias partes del proceso seguido al coronel Plazas Vega, por los hechos referentes a la toma del Palacio de Justicia, y tengo la profunda convicción de que en su caso han podido cometerse monstruosas infamias, todavía reparables.

No he visto el expediente que se sigue al exministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, y creo que la filosofía del proyecto denominado Agro Ingreso Seguro fue equivocada y quizás tergiversada por subalternos y empresarios; pero conozco bien al señor padre del exministro Arias, un eminente, respetado y honestísimo médico antioqueño, (fue mi compañero de bachillerato). No creo que un hijo de un médico así pueda llegar a delinquir, a actuar dolosamente en una función que por ser pública está a la vista de todo el mundo. Delinquir así, no es propio de un hombre inteligente y hasta brillante como me dicen que es el exministro Arias, a quien solamente conozco de saludo.

Tampoco conozco el expediente que se sigue contra el exsenador y exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, pero al igual que en el caso anterior, por informes de prensa, veo que lo acusan de vincularse a paramilitares. Se me ocurre a mí, que un hombre con la trayectoria, la inteligencia y la capacidad política de Luis Alfredo Ramos, nunca tuvo necesidad ni voluntad de vincularse a paramilitares.

Gobernar con valor civil y carácter firme, muchas veces crea resistencias, enemigos y hasta compradores de fallos adversos.    

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