Año nuevo 2012
Cierra un año 2011 signado por un sentimiento agridulce. Un año de un agite político y social muy fuerte, en el que primó en Colombia un aire distinto en el gobierno, con logros muy importantes para el país en materia económica y de seguridad, con expresiones populares nunca antes vistas en las calles y con tragedias de inimaginables proporciones que dejaron a numerosas personas físicamente sin su vivienda, vida y patrimonio.
En este año hubo cosas buenas, malas y feas, como en las películas. Hubo amor, terror y drama por doquier. Y también hubo hechos que dejan más inquietudes y preguntas que respuestas.
Dentro de las cosas buenas que deja el 2011 sobresale la caída de las dictaduras en numerosas naciones y los sobresalientes resultados de la economía colombiana que nos deja ad portas de un crecimiento para el 2012 que puede ser superior a 6%. Nunca como antes habíamos tenido tan bajo desempleo y tan alta confianza en las cifras macroeconómicas que hablan del boom colombiano en el exterior. A esto súmele los Tratados de Libre Comercio ya ratificados y la masiva llegada de inversión extranjera.
Dentro de los temas de inquietudes sobresale el nuevo Mapa Electoral de Colombia, que deja duda sobre la fortaleza real de los partidos políticos tradicionales, la llegada de candidatos de dudosa reputación y las dudas en la aplicabilidad de nuevas leyes como la Anticorrupción y la de Víctimas y Restitución de Tierras. Súmele a esto la Reforma a la Justicia que tiene lunares grandes aún en su tránsito en el Congreso de la República, y que da la sensación de que es peor que la seria enfermedad de la Justicia en Colombia.
Unas noticias dudosas hacen también referencia a las multitudinarias y algunas veces violentas expresiones populares que se muestran en el paro de camineros de inicio del año, las de los estudiantes universitarios y las de los empleados de compañías petroleras. Si bien es positivo que haya expresión popular, queda en evidencia una preocupación sobre el manejo del Gobierno y su excesiva preocupación por la Unidad Nacional, que está sacando la oposición del Congreso a las calles, con los riesgos que ello implica.
En la categoría de malas noticias la más importante es la doble ola invernal, con sus devastadores efectos en economías locales y el pésimo manejo por parte del Gobierno para su recuperación.
Finalmente en las noticias feas sin duda dos lunares. El vil asesinato de los cobardes de las Farc a los cuatro militares secuestrados y la rampante corrupción en Colombia, que deja el sabor de que es un mal no controlado en el que definitivamente tocamos fondo. Lo de Bogotá un desastre que ahora deja la sensación de que vale la pena robarse al Distrito, pues máximo son 4 años de prisión. ¡Pésimo mensaje a los jóvenes del país!
Esperamos un 2012 menos trágico y corrupto y más esperanzado con las oportunidades del país. ¡Feliz año!