Ordenar prioridades
“El último tramo del año con un pesado abanico de proyectos”
EL país entra al último tramo del año con un pesado abanico de proyectos de desarrollo y orden social, anunciados unos y, esbozados en detalle otros, con miras a sobrepasar en 2012, la barrera del 6 por ciento en crecimiento económico.
La semblanza colombiana al cierre de agosto, vista desde la platea gubernamental, transmite optimismo, en tanto que desde la tribuna general de la ciudadanía, se advierte prudencia. Los mercados financieros y la turbulencia en las economías de EE.UU. y Europa, no garantizan desbordado entusiasmo, en los medios nacionales de producción y comercio, en contraste, con los reiterados pronósticos, con más imaginación que realidad, incorporados de manera reciente en la hoja de ruta de Gobierno.
Sobresalen en la carpeta de propuestas llevadas a consideración del Congreso, para su correspondiente Ley, la unificación y reordenamiento de todos los servicios de salud; por enésima vez, se inicia guerra a los trámites; ampliación de la base tributaria, sin alzas, ni nuevos impuestos y una posible eliminación de cobro de IVA, en consumos de bajo valor, en alimentos y productos de canasta familiar.
Todos son alentadores para fortalecer presupuestos personales, empresariales y de negocios que, acercan a la ciudadanía a una plataforma económica que con buen manejo y sin corrupción, puede prolongarse por décadas. Un modelo que países desarrollados adoptaron y cuidan celosamente hace varios años.
Este folio de iniciativas, si se aprueba en su esencia, responderá al esperado reordenamiento social y económico, reclamado en distintos medios de la sociedad, como vía para obtener resultados en la búsqueda de una mejor calidad de vida.
Al respaldo de esta carpeta de propósitos, muchos de ellos divulgados de manera oficial en las últimas semanas, se destacan obras de infraestructura, ampliamente debatidas para hacerlas, y hoy probado, que son necesarias.
Que en adelante las concesiones de grandes obras en el país se adjudicarán con base en inversión extranjera, porque se elimina el riesgo de sacrificar recursos financieros de la Nación. Otro anuncio con fuerte aplauso, repetido varias veces en el teatro de las expectativas nacionales.
Si se acelera lo dicho estaría la luz verde para el Metro de Bogotá, los sistemas férreos de occidente, Costa Atlántica, tren de cercanías en la periferia de la capital, y las autopistas por concesión, en al menos, tres de las más importantes ciudades.
La decisión debe ser ahora, sin mirar nubarrones de la economía internacional y sí, los indicadores de inversión extranjera de más de US$ 4 mil millones en lo corrido del año.
El punto de partida es ordenar prioridades y pasar de lo imaginario a lo real.