JUAN DANIEL JARAMILLO | El Nuevo Siglo
Lunes, 16 de Enero de 2012

BRICS y los que vienen

El economista Jim O´Neill hizo hace 10 años la predicción de que Brasil, Rusia, India y China superarían las 6 economías más grandes del mundo en menos de una década. O´Neill, director de inversión global de Goldman Sachs, dio a este grupo de países la sigla distintiva BRICS. Con este nombre se identifica hoy al grupo de 4 economías que se han convertido en verdaderos magnetos de inversión extranjera, productividad y crecimiento.
Para celebrar su capacidad predictiva y formular provocativo futurismo económico, O´Neill publicó a fines del año que terminó una nueva obra, The Growth Map: Economic Opportunity in the Brics and Beyond (Penguin, 2011). En este trabajo, O´Neill predice que, consolidándose como potencias económicas los países integrantes de BRICS, una nueva ola se aproxima, constituida por economías que atraerán con rapidez inversión e intensificarán productividad. Se trata de Bangladesh, Egipto, Indonesia, Irán, México. Nigeria, Pakistán, Turquía y Vietnam.
Estos países -BRICS y la ola mayor que se avecina- no únicamente han adoptado reformas pro crecimiento sino voluntad política para encajarse en la globalización. Vienen extrayendo fruto de situaciones adversas y convirtiendo crisis en oportunidades económicas tangibles.
Rusia, con una población que envejece, ha encontrado la forma de diversificar su economía adentrándose en la neo-manufactura con el objetivo deliberado de alejarse de la dependencia de exportación de recursos naturales. Brasil se convirtió en el gran imán global de multinacionales para sobrepasar hace algunos días a Italia como la séptima economía del mundo. India pudo consolidar su posición como primer destino en tercerización e innovación informática. China -en todos los órdenes y renglones- mueve el piso de EE.UU. y Alemania con récord de superación casi diarios.
Y ahora  se nos viene otro envión con miembros tan inesperados como Bangladesh, Nigeria y Vietnam. El misterio del crecimiento se ha diagnosticado bien y resulta lugar común repetirlo: políticas económicas que sustenten la iniciativa privada, disciplina monetaria e impulso definitivo al fortalecimiento de los sistemas educativos. Pero se examina también el fenómeno en sus factores, detalles y ramificaciones.

Estudios de Polity, grupo de investigación de EE.UU. muestran que a medida que el PIB aumenta, los países tienden a desplazarse hacia sistemas democráticos. Y a medida que ello ocurre sobreviene una dinámica de retroalimentación donde uno y otro crecen. En pocos países con ingreso per cápita sobre 10 mil dólares anuales sobreviven regímenes autoritarios. Rusia, con un ingreso cercano a los 15 mil, es uno de estos. China, con 7 mil 500, se acerca rápidamente al nivel donde el cambio hacia la democracia tiene propensión a iniciarse.
El gobierno de la ley (the rule of law), omitido por O´Neill en su libro, muestra ser el otro gran factor del despegue. BRICS exhibe en este sentido carencias abrumadoras y aquí nace el interrogante de si en el salto definitivo hacia el desarrollo el déficit de democracia se constituirá en un cuello de botella que encoja las expectativas. Ligado estrechamente al gobierno de la ley se encuentra el elemento corrupción que muestra en varios estudios estadísticos reducir el crecimiento y neutralizar la tendencia económica globalizadora, golpeando directamente la inversión extranjera directa.
Es arriesgado concluir en visiones deterministas o finalistas de la historia, menos de la económica, pero es irrefutable el despegue progresivo de gran número de economías.  Y cuando esto ocurre es bueno ir completando el cuadro de todos y cada uno de los ingredientes de los mapas horizontal y vertical de crecimiento y productividad.
juan.jaramillo-ortiz@tufts.edu