JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Lunes, 2 de Enero de 2012

Empezando de nuevo

Por fin el año de las profecías mayas, y de paso, el final del desastroso gobierno de Samuel Moreno en Bogotá. Quizá no se dirá mucho sobre el año que recién acaba, pero seguro será un año importante para nuestra historia. Es quizá en los años recientes, la primera vez que en las urnas los colombianos rechazamos un gobierno y la mayor parte de lo que se relacionó con él, más allá de los cambios políticos normales que a veces se presentan. Quizá es el año de los votantes, por lo menos porque hubo buenas intenciones.

Siempre se dice que los pueblos merecen a sus gobernantes, pero creo que los bogotanos nunca hicimos nada tan malo como para tener el gobierno que tuvimos. Más allá de los últimos meses con la alcaldesa encargada, en los que se hizo apenas lo necesario, fueron 4 años perdidos para la ciudad, fueron el fondo de la crisis, fueron la representación de camino perdido en el gobierno de Garzón. Hoy el Polo Democrático no ha respondido políticamente por sus administraciones y por eso le pasaron la factura, por eso apenas los cuarenta mil votos en las elecciones anteriores.

Hoy iniciamos una nueva etapa, quizá con demasiadas esperanzas, quizá con demasiadas expectativas. Aún no es claro si el nuevo alcalde estará a la altura de lo que viene, pues aún parece que sigue pensando más como senador que como administrador, pero hay que darle al menos la oportunidad de llegar al Palacio Liévano. El camino será largo, para él y para los 8 millones de bogotanos que vivimos en esta ciudad.

Es también la oportunidad para que el Polo realmente tome la decisión sobre cómo asumir los fracasos de los últimos meses. Aunque hoy el gobierno de la ciudad queda en manos de un Petro alejado de las directivas del Partido, también debe tenerse en cuenta que no todo será un revolcón en la administración distrital y que quedarán muchos amigos del Polo aún en el poder. Es el momento para pensar en repensarse, aunque hasta ahora no han hecho más que justificarse.

Por eso al final es un nuevo comienzo. Para la ciudad y para aquel que fuera el partido político que guardaba la esperanza de aquellos que querían pensar que las cosas podían hacerse diferente. Hoy el espacio quedó abierto para creer, sólo hace falta que el nuevo alcalde logre tomar el rumbo y que el Partido logre superar su ego y asuma su realidad. Por el bien de todos esperemos que así sea.

juanego18@gmail.com