Miedo
Es extraño, pero parece que los colombianos le tenemos más miedo a la paz que a seguir viviendo en guerra. Es como si de repente fuera mejor prologar un conflicto que se extiende por muchas zonas rurales del país, que una alternativa de diálogo que llegue a las ciudades.
Quizá le tenemos más miedo a un discurso en el Congreso que a miles de colombianos cargando fusiles en el monte. Tenemos miedo, miedo a pensar que las cosas pueden ser diferentes.
Es cierto que hay un sinnúmero de dudas y de problemas. Pero ¿acaso no es mejor creer que es posible un proceso de paz que seguir mirando en los periódicos que a otros colombianos el conflicto les está terminando sus vidas? Es preferible encontrar soluciones a los problemas buscando la paz que quedarnos mirando los noticieros indignados por la violencia.
Colombia necesita superar el miedo. Necesitamos empezar a pensar que no somos el centro del mundo, que más allá de la guerrilla y el narcotráfico también hay un horizonte que podemos trascender. Necesitamos pasos para cambiar el presente y dejar un futuro mejor, o al menos diferente, para no seguir repitiendo las mismas historias de hace ya muchas décadas.
Además, tenemos que dejar de seguir dándonos excusas, palmaditas en la espalda, diciendo que no es el momento adecuado, que llegará el momento para lograrlo de veras. El momento siempre es ahora, la paz no puede seguir siendo un ideal aplazable, un derecho inalcanzable.
Por esta razón es fundamental que cada colombiano se plantee una forma nueva de asumir la realidad. Que los uribistas entiendan el proceso como un camino abierto por Álvaro Uribe, que los santistas como un camino allanado por su antecesor, que la izquierda lo vea como una alternativa de sus convicciones. Que nadie lo asuma como propio, porque la paz no es de un gobierno o un gobernante, porque el camino lo han venido recorriendo muchos presidentes y congresistas, porque muchos colombianos han tenido que regar su sangre buscando la paz.
La puerta finalmente está abierta, de cara al país. Ojalá que las guerrillas y el Gobierno lo asuman sin altivez, con el objetivo claro de dejar atrás el camino armado para dar un paso hacia una Colombia diferente.
Creo sobre todas las cosas que más vale intentar la paz aunque nos equivoquemos en el camino, que quedarnos esperando viendo un triste reality en televisión y leyendo trinos alentando la guerra.
@juandbecerra