Para superar lo que se ha denominado la primera vuelta electoral del 13 de marzo, se acudió a toda suerte de maromas por parte de las tres consultas que querían imponerse: Pacto Histórico, Equipo por Colombia y Coalición de la Esperanza.
El Histórico era favorito según las encuestas y la creencia de los votantes; el Colombia era del uribismo, y la Esperanza, llegaba maltrecha por desacuerdos internos que pudieron alejar a los electores que odian las peleas.
Todos sabían que Fico era el candidato de Uribe y Duque, lo cual le podría traer “balotas negras”, por la caída de imagen de ambos. Tampoco era conveniente que hiciera carrera “el que diga Uribe”. Entonces urgía purificar a Fico.
La estrategia se inició tempranamente: primero con una encuesta en el CD amañada, en la que no hubo claridad y ocasionó álgidas protestas de la Cabal y demás aspirantes. No se sabía si era pantomima, farsa o mascarada. El ganador, Zuluaga calzó tenis rojos y se fue con Uribe a repartir volantes, en medio de abucheos y rechiflas. Cabal, no se quedó con Fico, sino que se plegó a la jugada maestra, adhiriendo a Char.
Votantes y uribistas engañados, no sabían por quién votar, ya que Zuluaga había sido rechazado del Equipo Colombia, por Fico. Al puro final, el CD dio la orden de votar por Federico, mientras el presidente Duque pregonaba su “imparcialidad”, invitando a votar “con la mano en el corazón” por el uribismo, su partido, que en secreto estaba con el paisa.
Zuluaga, puso mala cara al juego, pero obligadamente participó en él, anexándose con premura -en la madrugada del lunes14- al que dijo Uribe.
Así se abrió la posible prolongación del gobierno de los 20 años con el que, dijo Uribe. El Ex, aparece en todos los medios sumamente sorprendido con el volumen electoral de Federico. Perdió las mayorías parlamentarias, pero logró su cometido.
Entre tanto, el Pacto Histórico busca consolidar su supremacía, que puede aguársele, si Petro no atina, afina y perfecciona sus propuestas. Su cauda parece irrompible, pero hay mucho por venir: registraduría, desatinadas promesas y ley de garantías, por ejemplo.
La Esperanza tiene juego si abandona las peloteras en que Ingrid la metió. No se sabe aún si ella estaba en la jugada uribista, aunque su rápida adhesión a Fico, podría delatarla.
La jugada maestra Uribe-Duque, podría asegurarle la Casa de Nariño al expresidente, a quien tanto lo deslumbran la fama, el poder y la fortuna.
Hay 38 o más millones de colombianos, que buscan afanosamente un camino que les garantice una patria nueva, con equidad, esperanza y felicidad. Un gobierno autónomo, sin más amarras y órdenes que las de su pueblo. Sin el que diga Uribe.
BLANCO: Se justificó el viaje de Duque a Estados Unidos: Biden aumentó la ayuda a Colombia, sin condicionarnos a fumigar el país. ¡Buena esa presidente!
NEGRO: La desaparición del gran amigo Hernán Estrada, gran maestro de la TV. Paz en su tumba.