Leyendo cuidadosamente al catedrático Diego Younes Moreno, expresidente del Consejo de Estado y exministro de Estado, “La corrupción en Colombia”, he recordado una apasionante obra sobre la importancia del derecho y la justicia, del maestro de maestros.
Rodolfo Irving que dice: “La lucha por la convivencia... El que se vea atacado en su derecho, debe resistir, es un deber que tiene para consigo mismo y para con la sociedad. La conservación de la existencia es la suprema ley de la creación animada y se manifiesta instintivamente en todas las criaturas, pero la vida física no es todo en la vida del hombre. El hombre tiene que defender también su existencia moral, la cual tiene por condición necesaria el derecho. El hombre sin derecho se rebaja al nivel del bruto... jamás se entiende como romanos y griegos le negaron dignidad humana al esclavo”. Más vale ser un perro sarnoso, que ser un hombre pisoteado y humillado sin derecho a reaccionar. La vida sin honor y sin normas jurídicas que protejan a la sociedad con eficacia, es un cascarón vacío.
La conocida Editorial Ibáñez, con motivo de la versión 31 de la Feria internacional del libro, puso en circulación el libro “La corrupción en Colombia” del doctor Diego Younes Moreno, con prólogo del Procurador Dr. Fernando Carrillo. Esta obra destapa la llaga de la grave crisis de la justicia, pero se preocupa positivamente por dar soluciones.
El general y abogado Carlos Alberto Pulido Barrantes prologó mi libro “La investigación criminal científica”, volumen que tuvo enorme acogida. Esto nos ha llevado a los del “Intercenter” institución patrocinadora de este ensayo, a salir adelante con la segunda edición. Esta nueva versión, al final hace un interesante resumen de las reformas que se podrían introducir para agilizar la justicia.
Sesenta años en el litigio y la autoría de numerosas obras jurídicas nos autorizan para sugerir ideas de indiscutible eficacia.
Lo esencial en la investigación es la idoneidad de los funcionarios. Pues se nombran a “dedo” los integrantes de la Fiscalía y de la Procuraduría. Siempre he pensado que suprimiendo a los procuradores intervinientes en los expedientes -simples operadores- surgiría el dinero para remediar en parte el explosivo asunto de la congestión. Hasta mil casos en la oficina de un juez o un fiscal.
Como anota Diego Younes, hay que implementar la “electrónica” en el ambiente judicial. Urge un Banco Nacional Judicial para acumular información y doctrinas útiles para la justicia. Por ignorar la Fiscalía, la hoja de vida del fiscal anticorrupción Gustavo Moreno se produjo semejante escándalo, pues prevalece la dedocracia sobre la meritocracia. Eliminar facultades electorales a las altas Cortes. Tantas Cortes y altos dignatarios en la cúpula la han corrompido. Por nuestra ineptitud, la justicia extranjera fue la única que descubrió el caso Odebrecht, fiscal anticorrupción y Santrich. Impedir que la política participe en la elección de dignatarios de la justicia. Desjudicializar casos y pasarlos a notarios, consultorios jurídicos y Cámara de Comercio.