Terminó la Semana Santa en medio de la tormenta que azota al mundo con el coronavirus. El recogimiento abrió el debate sobre el rumbo que debe tomar la sociedad sobreviviente al Covid-19. Esta pandemia surgió de los abusos del hombre contra el planeta y contra sus congéneres. La pandemia que dio casa por cárcel a los terrícolas, ha abierto el panorama, ha aclarado la vista, ha limpiado el ambiente y sembrado el miedo y el pánico. Infortunadamente no ha alcanzado a penetrar los cerebros de los dueños de más del 90% de las riquezas y el poder.
Por ello habrá un cambio profundo. La nueva mueca que proyectará el globo, aterrará a muchos, servirá de ejemplo a tantos y refrescará al resto. Los más humildes lo presienten, a pesar de que los opulentos lo utilizarán como una oportunidad para alcanzar mejores réditos.
La Semana Santa congregó a una familia de la abandonada Guajira, que fiel a sus ancestrales costumbres, conmemoró con sus diez integrantes las celebraciones católicas. En medio de la cena pascual, los diez, sintieron un llamado a la solidaridad con las víctimas de la pandemia. Y se sintieron bendecidos porque a ellos, el mal, no los había castigado tan despiadadamente. Mirándose unos a otros, procedieron a romper sus ¨marranitos¨ de barro, esas alcancías en las que guardan sus ahorritos, ahorritos que de inmediato se convirtieron en apetitosa comida guajira. 60 familias entre indígenas, refugiados venezolanos y habitantes de la calle, recibieron las exquisitas raciones peninsulares. Como algo sobró, armaron 33 mercaditos para otras familias. Los Fernández, con total discreción, pero con infinita alegría durmieron tranquilos y esperaron en paz el Domingo de Resurrección.
Esa alegría, paz y satisfacción las quisieran disfrutar millares de colombianos solidarios, que no encuentran el camino, antes de que la corrupción se apropie de sus alcancías.
Quieren dar la mano, porque esta sociedad no será la misma, como sabiamente lo lo dijo el colega Silverio Gómez, sobreviviente del Covid-19, enfermedad que soportó con estoicismo cuando apenas estrenaba su nuevo cargo de Procolombia en Europa: “habrá un reordenamiento de las prioridades actuales”. “Las normas económicas, dijo, no serán inamovibles, como creen algunos tecnócratas. Ellos ponen como inflexibles la ¨regla fiscal¨, o la calificación de la deuda, cuando Europa ya las echó abajo¨ Y se pregunta si el Estado seguirá dejando la salud y la educación en el dudoso manejo del sector privado.
Esas son las dudas y los temores, de un pueblo convaleciente, cuando un ministro de Hacienda, que tanto nos debe en materia de agua, anuncia una nueva reforma tributaria, para salvar a los más poderosos. Por fortuna el Presidente Duque ha desautorizado a Carrasquilla. Gran falta que nos hace una prensa libre, democrática y sin censura económica. ¡Lo que se nos viene es grave, muy grave!
BLANCO: Nadie puede negar el acierto con el que ha manejado el presidente Duque estos duros momentos. Valiente y generoso.
NEGRO: La acción de las “bodegas” uribistas contra las profundas columnas de los Danieles.