Por dondequiera que estemos la bondad se manifiesta. Solo necesitamos darnos cuenta de que incluso en situaciones que no nos gustan está presente el Amor.
Muchas veces experimentamos situaciones que no nos gustan, ante las cuales sentimos emociones como miedo, tristeza o ira, que no son negativas, que sencillamente son, y en las cuales también podemos reconocer el Amor –insisto, con A mayúscula– que se esconde detrás de lo evidente. Cuando nos quedamos en el amor pequeño solemos relacionarlo con la felicidad y, eventualmente, con la sorpresa. Entonces, nuestras experiencias amorosas se limitan a situaciones vinculadas con el placer, el gusto y, a lo sumo, el consuelo.
¡Por fortuna hay mucho más! Hace unos días experimenté una rabia profunda conmigo mismo, por no ser lo suficientemente asertivo en el desarrollo de unos planes que han resultado bastante diferentes a como los había imaginado: mi frustración llegó al máximo y me di el permiso de explotar sin juzgarme. Ahí estuvo la clave: fue amoroso darme ese permiso, vivir mi rabia, dejarla ser, dejarla estar y dejarla pasar, y en no darle espacio al juicio, esa voz interior que me ha dicho que debo ser socialmente correcto, emocionalmente acertado. Fui bondadoso conmigo mismo en un momento de rabia, logré contenerme con esa emoción sin sentir culpa. Una manifestación del Amor, fuerza presente en todo, que trasciende cualquier emoción.
La bondad también está en el miedo. Cuando experimentamos miedo nos estamos protegiendo de algo. Lo amoroso ahí es no identificarnos con la emoción y poder soltarla. Es muy probable que hayas hecho cosas con miedo, que sepas qué es no quedarse en la parálisis del análisis, sino con todo y temor lanzarse a hacer las cosas. ¡Ahí está la bondad, ahí experimentas el Amor! Fue esa fuerza la que nos permitió, a ti y a mí, hacer lo que nos hemos propuesto. Algunas veces sale como queremos, otras veces no. Entonces, la bondad está en aceptar la vida tal como es, no como quisiésemos que fuera. Tal vez es de eso que inconscientemente nos protegemos…
La tristeza también nos puede permitir contactarnos con la verdad. No creo que se trate de revolcarnos en el dolor, de solazarnos en el sufrimiento y de perpetuar la victimización. La bondad con nosotros mismos está en reconocer que la fuerza de la vida nos hace posible vivir la tristeza y en algún momento poder soltarla. Esa es una manifestación del Amor.
Hoy te invito a reconocer el Amor en todo lo que vives, es especial en aquello que no te gusta. Ahí nos salimos de la caja emocional, limitante, frustrante. Cuando podemos evidenciar que somos más que nuestros sentipensamientos, tocamos la bondad, el Amor.
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