Los uniformes, hábitos y sotanas encierran una serie de condiciones y valores que exigen respeto, y para quién los porta, disciplina y lealtad por lo que significan y representan.
En el deporte pasa igual, la camiseta es un símbolo, cada camiseta tiene su propia historia y es parte del patrimonio del equipo.
El fútbol convoca a Colombia entera y hace vibrar el corazón de todos sin distingos de clase ni credo político o religioso. Es la representación inequívoca del júbilo que nos embarga ante el mundo ver triunfar a nuestros jugadores por su preparación y su esfuerzo.
Por eso, los colombianos vestimos la camiseta solamente cuando la selección juega; ese día somos un solo país, una sola voz, un solo sentimiento. No nos importan las diferencias, ni los rencores, mucho menos la política; es la pasión que congrega multitudes que conforman un país, su raza y su cultura.
“Ponerse la camiseta” es una alegoría que conlleva compromiso e identidad.
Los partidos políticos tienen sus propios símbolos, banderas, escudos, que los caracterizan. Entonces, que los usen.
Por eso, nunca veremos a la selección Colombia luciendo una camiseta de partido político alguno, como tampoco debería utilizarse su camiseta para manifestaciones políticas, porque pierde su esencia.
El día en que la ocasión lo amerita se usa, pero sin reparos ideológicos.
Parece trivial pero el asunto es de fondo. Así como intercambiar camisetas con el contrario al final de un campeonato, significa que el enfrentamiento ha quedado atrás y que han dejado de ser rivales hasta el punto en que es honroso para uno llevar la camiseta del otro. Eso es lo que representa vestir la camiseta de un equipo, un símbolo de confraternidad, entendimiento y diálogo.
No se concibe, por ejemplo, que alguien vistiendo la camiseta de la selección Colombia en una manifestación política, vaya a decir "páseme la pistola..."
Sería el equivalente a utilizar el emblema de la Cruz Roja para hacer parte del combate, o vestir el uniforme de los cascos azules para hostigarlo.
Siendo que la cruz roja es imparcial y tiene como función señalar al personal y los bienes sanitarios y religiosos que han de ser respetados y protegidos; y los Cascos Azules de Naciones Unidas, supervisar el cumplimiento del alto al fuego.
Permítanme utilizar esa comparación, porque la camiseta de la selección Colombia denota un escenario neutral, de solidaridad y la consigna debe ser siempre destacar lo positivo de los colombianos. Vivir en paz y a una sola voz decir sí, sí, Colombia Campeón.