Debido a sus polémicos tuits, al presidente Petro ahora lo llaman en las redes, Kid aguacate.
Desde luego él no tiene por qué morir asaeteado como san Sebastián, sin replicar las flechas. Pero se expone a quedar engarzado en pleitos menores. Y con apodos como ese, sale valedero el adagio romano, “las águilas no cazan moscas.”
El poder da lucidez, pero también revela facetas del ego. Antes, los mandatarios ventilaban sus agravios en la prensa o en arengas. Ahora la red hace que esas respuestas lleguen a casi todos. Y cuando son inexactas tienen efectos mucho más inquietantes. Y los ministros deben llegar a mitigar ese efecto o decir que el presidente se refería a otra cosa, en la que la explicación no pedida manifiesta el daño inicial.
Una declaración ante la dictadura de Maduro fue bienvenida, pues traza una línea roja frente a ese tipo de “izquierdismo” y además apoya el sistema democrático, al pedir respeto por la oposición en ese país. La propia carrera del presidente Petro se debe a elecciones libres. Los votos que lo llevaron a la victoria se han desgranado, su índice de desaprobación, según las encuestas, fluctúa alrededor del 60%. Y sus bastiones que le brindaron la victoria como Bogotá y Cundinamarca, se han ido al traste. Ahora al frisar los últimos dos años de su mandato, el que tiene la iniciativa decisiva es el congreso. Esa es una constante de nuestro modo de gobierno, gústenos o no.
Y para gobernar debe tomar en cuenta esa realidad.
Estos son algunos de sus logros: Financió gratuidad de matrícula para entrar a la universidad pública y para cursar carrera militar y de policía.
El presidente Petro firmó un decreto para ampliar la política del Estado de gratuidad en la educación superior, que permitirá que los jóvenes de escasos recursos económicos puedan acceder gratuitamente a la educación universitaria pública y en las escuelas de formación de las fuerzas armadas y policía. Se ha bajado la inflación y revaluado el peso. Se ha recuperado el turismo. Reforma agraria
Se han entregado más de 100.000 hectáreas para campesinos pobres o desposeídos y buscará comprar un millón y medio de hectáreas más. Deja transitable la ruta del Sol, se han finalizado todas las obras prioritarias. Se redujo así la deforestación rampante durante los gobiernos anteriores.
Pero dejó perder los juegos Panamericanos, que Colombia había conseguido con inversiones y con mucho esfuerzo. Al parecer por una venganza contra un gobernante regional que no es de su simpatía. Esa mancha simboliza o su egolatría o su mal talante como administrador de la nación.
Y con esa misma estrechez de miras, ha castigado recortándole el presupuesto a la pujante e industriosa Antioquia. La respuesta antioqueña se ha convertido en una bandera en su contra. Pues con ese sentido de pertenencia que los caracteriza, han hecho un gran fondo de recolección para subsidiar las obras de infraestructura que él le ha negado.