El lenguaje agresivo utilizado por quienes no simpatizan entre sí, o simplemente porque no comulgan con las mismas ideas, se ha convertido en la escena frecuente más grotesca de odios y rencores; de malquerencias y malos tratos, con lo cual se rinde culto a la estigmatización y a la deshonra, y es el preámbulo de los conflictos entre amigos y conocidos.
Todo ello, de parte de individuos supuestamente pensantes, y ciudadanos de un país que se dice "respeta" la democracia, donde cada quien tiene derecho a expresar libremente su opinión.
Al hacer una recopilación de mensajes en twitter y redes sociales, al igual que muchas comunicaciones convencionales, se evidencia la protesta e inconformidad de unos y la reacción altanera de otros, como consecuencia de una honda crisis de valores, irrespeto por la institucionalidad y un total desinterés por la cultura formal; esa que, en otras épocas se transmitía de padres a hijos.
Según los sicólogos, "el comportamiento grosero se propaga como una enfermedad y "las personas expuestas a éste, son más propensas a comportarse de manera violenta con los demás, y a evocar hostilidad, afecto negativo, e incluso venganza... ". (Rich Legg ©iStock)
Las redes sociales son cada día más importantes en un mundo globalizado tanto en lo económico, lo social y lo político; además que facilitan ampliar el círculo de amistades de todo tipo; pero su uso, sólo será realmente productivo, creemos nosotros, en la medida en que el lenguaje utilizado sea constructivo, no para agredir e indisponer a nadie.
Por fortuna, existe una clase de público distinto, un mundo, una forma de comportarse; aquel constituido por hombres y mujeres a quienes se les conoce como "gente"; "gente, gente".
Expresión de hace años y aún hoy, utilizada en algunos círculos sociales con mucho para referirse a un tipo de personas rectas, de buenas costumbres, decentes, cordiales y educadas; quienes nacen, crecen, se desarrollan y se multiplican en un ambiente siempre apacible y cordial.
La gente bien es educada y de buen trato con los demás; "todo lo opuesto a lo ordinario, irrespetuoso, vulgar y grosero."
La gente bien "tiene cuna", quiere decir que representa una condición surgida de la estrecha relación entre la crianza y la vida en familia como célula de la sociedad, con la influencia de quienes habitan en su entorno.
Tener "don de gentes", equivale igualmente a una denominación de buena persona, con la virtud de "atraer a otros para convencerlos de algo bueno".
Condición que goza de un gran valor para los negocios, la pedagogía y ojalá fuese también para la política.
Quien se comunica, implícitamente da a conocer su manera de ser y obviamente de pensar; denota su cultura y grado de preparación.
En ese orden de ideas, en la gente, "gente", que es escasa por lo regular honorable, educada y decente como ya lo anotamos, no necesariamente personas adineradas, pero sí cultas y virtuosas, sus mensajes son constructivos y de altura, mientras lo contrario abunda.
Esa es la realidad, en Colombia la población en general cohabita, pero no hay tolerancia, entendida ésta como el respeto por las opiniones, ideas o actitudes de los demás, aunque no sean iguales a las propias.
Para terminar, viene al caso recordar dos refranes que decía la abuela:
" De la buena gente guárdate, de la mala escóndete".
"Si quieres tu estima ver crecer, trata a la gente bien.