La Universidad La Gran Colombia siempre ha estado en un puesto de vanguardia, pero hoy por contar con altísimo porcentaje de magistrados en la Corte Suprema de Justicia ha logrado una doble jerarquía moral ante el concierto académico nacional. Se destacan en este momento en el organismo llamado de “cierre jurisdiccional” los egresados grancolombianos tratadistas y catedráticos Ernesto Forero Vargas –Sala Laboral de Descongestión-, Octavio Augusto Tejeiro Duque -Sala Civil-, Martin Emilio Beltrán Quintero -Sala Laboral de Descongestión-, por la brillante trayectoria de estos juristas fueron condecorados por el Colegio de Abogados, presidido por Marco Tulio Calderón Peñaloza, Carlos Alberto Pulido Barrantes y Horacio Gómez Aristizábal, en el salón Boyacá del Congreso de la República. También fueron galardonados el constitucionalista y académico Alejandro Olano García y el Mayor General Jorge Enrique Rodríguez Peralta, exdirector de seguridad ciudadana de la Policía Nacional.
La Gran Colombia, presidida por José Galat y conducida en la rectoría por Santiago Castro, pasa por una excelente etapa de superación académica, prestigio humanístico y empoderamiento intelectual. Esto es muy significativo si se piensa en que hasta hace poco, las altas dignidades del Estado y los cargos donde se toman las más cruciales decisiones las monopolizaban prestigiosas instituciones, privilegiados y organizaciones siempre dominantes en el sector de heliotropos. Los grancolombianos ocupan y se han desempeñado como ministros, empresarios, ingenieros y parlamentarios destacados como es el caso del exdirectivo de la Cámara de Representantes, el conocido líder Germán Navas Talero. El emblemático puente de la Calle 100 de Bogotá fue construido por ingenieros grancolombianos. Es la obra más visible de los últimos tiempos en la capital de Colombia.
La Gran Colombia es de las pocas universidades en que es el mismo alumno el que más se exige a sí mismo en el terreno del nivel de rendimiento y superación personal. Parodiando una conocida sentencia se puede expresar: José Galat no forma abogados para las próximas elecciones, sino juristas para las futuras generaciones.
El profesional grancolombiano prefiere dar el impulso a recibirlo, no le teme a la competencia, le teme a no ser competente. Y en lugar de esperar el milagro, él mismo lo realiza. La universidad está en la primera línea colombiana en investigación científica, en producción de alta tecnología y de altos procesos de robotización y automatización.
Este centro es quizás el único, a nivel nacional, que mejor capacita a los estudiantes en la técnica investigativa. Con los doctores Calderón Peñaloza y Pulido Barrantes hemos sostenido: en libro recientemente publicado -de mi autoría- se acabó la investigación artesanal, hoy la ciencia investigativa cuenta con el microscopio, con el computador de alta definición, el cronógrafo de gases, el espectrómetro de masas, sabios en química y biología. No existen crímenes perfectos, sino investigaciones imperfectas. Se han graduado 700 técnicos.