No recuerdo bien si fue Unamuno o Víctor Hugo el que dio o hizo esta importante reflexión. Con frecuencia se le grita a la juventud, ¡Arriba!, a la cumbre, al éxito, como si la vida plena estuviera fuera de nosotros. Pero no. Lo que se debe gritar es adentro, a la hondura, a la entraña propia; allí es donde hay que buscar el contenido apto para desarrollarnos y formarnos. Conque adentro pues, a los sótanos de la conciencia, a la raíz del alma. Lo expresado nos recuerda a todos los que ocupamos bancas estudiantiles en la Universidad, a esos “Maestros de Maestros” que nos hacían vibrar espiritual ante con sus impactantes enseñanzas.
Miguel Antonio Caro distinguía entre “alumno” y “discípulo”. Explicaba que el alumno memorizaba y salía adelante, pero el “discípulo auténtico” era el que superaba a su maestro. El mismo Don Miguel Antonio fue un “discípulo colosal”, que superó a su mejor maestro que fue un hombre excepciona, su progenitor José Eusebio Caro.
Existieron dos Alejandro Dumas. Padre e hijo, ambos novelistas. El primero impresionó con su espléndida obra “La Dama de las Camelias”. Sin embargo, se repitió en Europa que la mejor obra de este escritor había sido su hijo, con la publicación de los “Tres Mosqueteros”, traducida a veinte idiomas.
En Colombia abundan los buenos docentes, pero escasean los catedráticos autores de obras magistrales. Recordemos unos pocos. Antonio Rocha, Carlos Lozano y Lozano, Luis Carlos Pérez, Humberto Barrera Domínguez, Jaime Arrubla, Jorge Enrique Valencia, Gustavo Gómez, Jaime Bernal y Jairo Parra.
Al pretender ofender a Cristo se le llamó “Rey de los judíos”. Pero se le engrandeció al decirle “Maestro”.
Jorge Restrepo Fontalvo, otro de los educadores mejor reputados en el país, ha contribuido sustantivamente en la formación de numerosas generaciones, ha publicado con el patrocinio de las editoriales Temis y Gustavo Ibañez obras fundamentales. Citamos algunas. Vida y obra de Luis Carlos Pèrez, Bernardo Gaitán Mahecha y Hernando Devis Echandía. Son textos de gélida jerarquía académica, voluminosas y de consulta permanente.
La editorial Temis ha puesto en circulación el exhaustivo trabajo investigativo titulado “Criminología, un enfoque humanístico” (670 páginas) de Jorge Restrepo Fontalvo, catedrático del Externado y de otras universidades. Cuando se habla de criminalística, se alude a varias disciplinas como la sociología, la antropología, la biología, la psicología, la psiquiatría, la física y otras ciencias de enorme importancia.
Lo novedoso de este meritorio esfuerzo investigativo del Maestro Restrepo Fontalvo es la claridad, coherencia, riqueza doctrinaria y la amenidad del estilo. Siempre lo he dicho y hoy lo repito. El buen maestro es el que hace fácil lo difícil. Una conferencia, una charla intelectual, un trabajo de un hombre de estudio, cualquiera que él sea, es un rato de síntesis de toda una vida de investigación y de lectura.
El de Jorge Restrepo Fontalvo es un espíritu de poderosa fosforescencia. Ha entendido la vida como una apasionada aventura académica, pero también como un fuerte compromiso con la juventud. Kennedy expresó: “No hay que preguntar qué puede hacer el país por uno, sino que podemos hacer por la patria”.