Pedro Sánchez ha hecho suyo que si la realidad no está de acuerdo con él, peor para la realidad.
De manera que él y su equipo dirigente, gobierno y partido, han decidido que en Andalucía no ha pasado nada que les afecte, que unas elecciones autonómicas no son extrapolables salvo cuando la extrapolación les beneficia a ellos.
Ese aparente desdén que, desde el PSOE oficial, muestran por el rotundo éxito del PP en Andalucía, tiene tanto de impostura como de patético.
Y no, no hace falta ser un lince para concluir del resultado en las urnas andaluzas, que allí se ha producido un doble voto, a favor de Juan Manuel Moreno Bonilla y en contra de Pedro Sánchez, así de simple.
Dicho todo esto, que nadie se lleve a engaños: Pedro Sánchez no va a adelantar las elecciones generales, y puede que ni siquiera tenga la tentación de hacer una remodelación de Gobierno por más que tiene un equipo bastante inconsistente.
Si no adelanta las elecciones es sencillamente porque sabe que en estos momentos las perdería y ni él ni los suyos van a dejar el poder antes de tiempo. Les gusta demasiado.
Así que hará mal el PP en pedir al Presidente que vaya pensando desalojar la Moncloa, porque ese tipo de peticiones solo conducen a la melancolía.
Pedro Sánchez tampoco va a cambiar de socios, seguirá manteniendo la coalición con Podemos y seguirá apoyándose en los partidos independentistas. Por tanto, que se olvide Alberto Nuñez Feijóo que Sánchez va a intentar llegar a acuerdos con el PP.
Cuentan en los aledaños de Moncloa que pactar con el PP supondría dar una baza a este partido, y que sin embargo el PSOE no obtendría rédito alguno. De manera que la estrategia pasará por el dedo acusador señalando que los populares no tienen sentido de Estado y que se niegan a pactar con el Gobierno cuando la realidad es que es el Gobierno el que no quiere pactar con el PP, por lo dicho, porque creen que eso beneficiaría a Alberto Nuñez Feijóo pero no a Pedro Sánchez.
Así que la legislatura no se acaba hoy sino que continuará hasta el último día, a la espera de que ,a lo mejor, pase algo que dé la vuelta a la situación y Sánchez pueda continuar como inquilino de la Moncloa. En un año pueden pasar muchas cosas, escucho decir a algunos dirigentes de pro.
Es verdad, en un año pueden pasar muchas cosas, incluso aquella que dejó dicho Marlon Brandon cuando le preguntaron cuál había sido el error más notable de su carrera y su respuesta fué que seguir en el escenario cuando los espectadores hacía tiempo que habían abandonado la sala.
Al día de hoy a Pedro Sánchez le quedan pocos espectadores, pero lo peor es qué va a quedar del socialista PSOE después de él si es que queda algo.