Las emociones en el Código de Policía | El Nuevo Siglo
Viernes, 23 de Junio de 2017

 “El individuo, la familia y el Estado están en continua interacción, de modo que muchos individuos autocultivados serán capaces de crear familias bien gobernadas y el resultado final será un Estado bien gobernado”

 Confucio

La Alcaldía de Bogotá, bajo la coordinación del Secretario de Gobierno, Miguel Uribe Turbay y de la Revista Semana con la directora de Foros, Marcela Prieto Forero, realizaron el evento “Un código para la Convivencia Ciudadana” con el fin de generar espacios de discusión que permitieran poner en la agenda pública la necesidad de que todos los actores, públicos y privados se comprometan con la implementación del Código de Policía y Convivencia.

En el Código se disponen medidas con carácter preventivo con el fin de  propiciar en la comunidad comportamientos que favorezcan la convivencia en el espacio público, áreas comunes, lugares abiertos al público.

Estas medidas de carácter preventivo deben realizarse conjuntamente en campañas pedagógicas, con temas sobre inteligencia emocional que contribuyan al mejoramiento de la conducta social del individuo.

En el Código capítulo IV, artículos 231 a 234 se establecen Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos (MASC), el artículo 231 advierte: “los conflictos relacionados con la convivencia pueden ser objeto de conciliación y de mediación, sólo en relación con derechos renunciables y transigibles y cuando no se trate de situaciones de violencia”.

Por ello es necesario prevenir las actitudes violentas de los individuos, enseñándoles la importancia de las emociones en el conocimiento de sí mismo y de los otros con quienes se relaciona. Sicológicamente las emociones alteran la atención, hacen subir el rango de ciertas conductas que guían las reacciones del individuo. Las más frecuentes son la ira, la alegría, la tristeza, el miedo, la venganza, el amor. Cada una de ellas se presenta con diversos matices y puede combinarse en ocasiones con otras tantas para crear nuevas formas.

Es importante tener en cuenta que cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, que a veces son innatas o también aprendidas desde la infancia.

¿Será que en una sociedad donde se da la violencia intrafamiliar en la que el niño ha sido maltratado, él tendrá en su vida un comportamiento amable ante sus congéneres?   

Tenemos el ejemplo de las barras bravas, que siempre encuentran en los integrantes de otros equipos unos enemigos, en los que pueden desahogar  odios y venganzas adquiridas en su infancia, lo que los lleva muchas veces a herirlos de muerte.

Con medidas preventivas como la educación en inteligencia emocional, que agrupa cogniciones y conductas útiles para apreciar y expresar de manera justa las emociones propias y las de otro, evitaremos actos violentos.

Así lograremos una verdadera paz.