Lionel Moreno | El Nuevo Siglo
Viernes, 27 de Noviembre de 2015

EL SOCIALISMO EN RETIRADA

Macri y la democracia continental

“La democracia aún no puede cantar victoria”

 

 

Que  estupendo el triunfo electoral de Mauricio Macri en la Argentina. Parece que el pueblo suramericano se está dando cuenta de que el populismo socialista no trae bienestar sino miseria y servidumbre, todo justificado con una verborrea demagógica.

 

El fenómeno cubano cobró fuerza con la ascensión al poder de otro demagogo, Hugo Chávez, quien en su ignorancia de los fundamentos de la economía y siguiendo el desastroso modelo castrista, empujó a Venezuela hacia la crisis que hoy afronta y que se profundizó,  a su muerte, por la ineptitud de sus sucesores y la cleptocracia que impusieron.

 

Nada más adecuado que el nombre de la coalición de Macri, Cambiemos, y los cambios los anunció inmediatamente se conoció su victoria. En lo interno, lo primero que pidió a la presidenta Cristina Fernández fue la remoción de dos altos funcionarios, la del presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, quien impuso un sistema cambiario no solo de gran complejidad, sino que, como el de Venezuela, ha permitido una enorme corruptela y fomentado la inflación; y la de Martín Sabbatella, cabeza de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), quien desde 2012 fue encargado de castigar a los medios críticos del régimen kirchnerista.

 

Probablemente la Presidenta no acceda a esta petición en lo que le resta de su mandato, pero es una clara indicación de lo que será la línea del nuevo gobierno, en lo interno: apertura económica y libertad de expresión. En lo internacional, menos de 24 horas después de la confirmación de su triunfo, Macri anunció que en la cumbre de presidentes de los Estados miembros de Mercosur en Asunción (Paraguay), el 21 de diciembre próximo, pedirá que a Venezuela se le aplique la Cláusula Democrática para expulsarla “por los abusos en la persecución a los opositores y a la libertad de expresión”. Valiente posición.

 

Lo sucedido en Argentina es un soplo de aire democrático para América Latina pero no garantía. En la misma Argentina, Macri carece de mayorías en el Congreso y le tocará negociar alianzas. En el continente, los mandatarios demócratas, comenzando por Juan Manuel Santos, no se han caracterizado por su entereza en la defensa de los principios democráticos, sino más bien por su silencio cómplice ante los exabruptos de la dictadura venezolana.

 

Otros, Evo Morales, Dilma Rousseff y Rafael Correa, son abiertamente solidarios con Maduro y Cabello. Las encuestas muestran que la oposición venezolana es abrumadoramente mayoritaria, sin embargo, y Maduro lo advirtió públicamente, no entregarán “la revolución”. Sea mediante un fraude electoral masivo o, si les es necesario, por un golpe de Estado, no es factible que la democracia se instale en Venezuela el 6 de diciembre. La democracia aun no puede cantar victoria en  América latina.