Lionel Moreno Guerrero | El Nuevo Siglo
Viernes, 5 de Diciembre de 2014

La destorcida

 

La fuerte baja de los precios del petróleo (30%) ha tenido grandes repercusiones en nivel mundial, tanto en lo económico como en lo político. En lo económico, para algunos, Europa, China, ha significado un alivio, necesitan el combustible pero ahora les cuesta menos. Para productores como Irán,  Rusia y Venezuela, para los que el petróleo constituye un alto porcentaje de sus exportaciones e ingresos fiscales, es una catástrofe. En lo político, puede implicar perturbaciones internas, inclusive cambios de gobierno o represiones populares por regímenes autocráticos para permanecer en el poder. Pero, estos últimos se encuentran en abierta pugna con las grandes democracias occidentales, Irán por evitar que los ayatolás se doten del arma nuclear; Rusia, por su invasión de Ucrania y la anexión de Crimea y Venezuela por la violación de los principios democráticos.

Para evitar conflictos armados, Occidente ha apelado a las sanciones económicas, en este caso contra Rusia e Irán y nunca pensaron que lo más efectivo sería el deseo de algunos miembros de la OPEP, principalmente Arabia Saudita, de proteger sus mercados tratando de no hacer rentable la explotación de yacimientos por métodos novedosos como la fracturación hidráulica y la extracción de los esquistos bituminosos, dejando que los precios desciendan por debajo de sus costos de extracción.

Para los tres países mencionados este descenso implicará, por la gran reducción en sus ingresos, devaluación monetaria, reducción de importaciones, contracción del gasto fiscal, incluyendo los subsidios a la población y a otros países (Cuba, Nicaragua, etc.), rebaja en gastos militares. Así les será difícil resistir las presiones populares, salvo acudiendo a medidas cada vez más represivas. Recordemos que la desintegración de la Unión Soviética en 1991 tuvo su origen, en gran parte, en la caída de los precios del petróleo en ese entonces. Los Estados Unidos se verían también afectados por una baja de precios que no hiciera rentable las explotaciones por los nuevos métodos, aunque algunas serían lucrativos inclusive a US$ 40, de manera que su economía podría soportar dos años de precios bajos como se estima. ¿Bastará la ayuda china para que evitar una moratoria venezolana o se convertirá Venezuela en un régimen como el cubano para impedir ser desalojado del poder? Colombia, a pesar del optimismo oficial, ya refleja el golpe. La devaluación afecta los precios de materias primas y maquinaria. El déficit presupuestal ya no será de $ 12,5 billones sino mucho mayor. Además de los muy criticados aumentos de impuestos que quiere imponer el Gobierno (¿Impuesto a los ricos para disminuir la pobreza?) duramente criticados por los técnicos quienes creen desanimarán la inversión frenando el desarrollo, no se sabe de dónde se obtendrán mayores recursos si no se reduce el gasto de la mermelada. ¿Nos estará pasando lo de la hormiga y la cigarra?