LIONEL MORENO GUERRERO | El Nuevo Siglo
Viernes, 10 de Febrero de 2012

 

¿Cuba en la Cumbre?
 
Decía en estos días el presidente Santos que le satisfacía que hoy Colombia no tuviera diferencias con ningún país vecino. Fue el mismo día en que el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, proponía a los países del ALBA boicotear la Sexta Cumbre de las Américas, de la cual nuestro país es anfitrión y que debe reunirse en Cartagena el 14 y 15 de abril próximos. No propiamente un lindo gesto de Correa que, sin dudas, fue concertado con el nuevo mejor amigo. La idea es colocar a Colombia en un difícil dilema político: o está aliado con nosotros, los países del socialismo del siglo XXI y entonces invita a Cuba a asistir a la Cumbre, de paso irritando a los Estados Unidos, que se encuentran en plena campaña electoral, al punto de imposibilitar la presencia de Obama en el certamen, u ofende a Chávez y sus amigos, cuya ausencia de la reunión le hace perder importancia a la Cumbre. En breve, se trata de dividir al continente entre amigos y no amigos de los Estados Unidos. Gracias, entonces, “hermanos,” por tratar de dañarnos la fiesta.
La posición colombiana es que a las Cumbres asisten solo los miembros de la OEA, carácter que no tiene Cuba, excluida de la organización en 1962 por no compartir sus ideales democráticos. Si bien en 2009 se permitió su reingreso, este se condicionó al “resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del Gobierno de la República de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA” y como dijo el Secretario General Insulza en comunicado del 7 de febrero “esa solicitud no se ha producido”. Washington no tardó en oponerse a que Raúl Castro se siente al lado de Obama y declaró “que debe haber mejoras significativas en las libertades políticas y la democracia en Cuba antes de que pueda unirse a la Cumbre”. En otras palabras, los Estados Unidos dejaron claramente establecida su oposición a la asistencia de los cubanos a Cartagena. Es por esto por lo que nuestra Cancillera quería preguntar a las autoridades cubanas si ellos querían su reingreso a la OEA. Una posible respuesta de La Habana sería (esta nota se escribe el miércoles) que las Cumbres no son un organismo de la OEA, aunque esta asegure su secretaría, que por lo tanto no solo sus miembros pueden asistir a ellas y que Cuba, aunque no tiene interés alguno en asociarse a la OEA (tendría que pedirlo y declarar su adhesión a los principios democráticos), sí quiere estar presente en Cartagena, lo que remitiría la decisión sobre su invitación a una reunión preparatoria de la Cumbre, a fines de febrero, donde se buscaría un (difícil) consenso al respecto. 
Nuestra diplomacia tiene entonces un difícil reto entre manos. Esperamos que salga de él permaneciendo amigos de todos.