"Algunos se han cumplido, pero la mayoría no"
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española el vocablo “acordar” proviene del latín Acordáre de Car, Cardís, Corazón, y significa "determinar o resolver de común acuerdo o por mayoría de votos" y también puede indicar "conciliar, componer". El Diccionario del Uso del Idioma Español, de María Moliner, va más allá y nos habla de "arreglo, concierto, convenio" y de "decisión, determinación, resolución".
Colombia ha sido tierra medianamente afortunada en materia de acuerdos, especialmente en el campo de la actividad política.
Infortunadamente son menos numerosos los que se han cumplido y más los que no se han honrado. En ese devenir se nos ocurre que el más importante y el que más trascendencia ha tenido puede haber sido el que se conoció como Frente Nacional y que nació como Frente Civil para derrocar la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla. Fue suscrito por Laureano Gómez y Alberto Lleras, en nombre del conservatismo y del liberalismo. Se comprometieron a gobernar conjuntamente y a alternarse en el poder por cuatro periodos presidenciales.
Infortunadamente la mayor parte de nuestra historia republicana ha transcurrido en medio de confrontaciones y desencuentros, y en lo que hoy llamamos polarización. Ha sido igualmente lamentable que esas diferencias han sido más por motivos personales que ideológicos. Ha sido un tiempo precioso desgastado en inútiles luchas fratricidas -ocho al menos en el siglo XIX- y una guerra civil no declarada conocida como “La violencia”, que causó más de trescientas mil muertes.
Esto nos ha trasladado al peor de los escenarios, el del populismo y el caudillismo, tanto a nivel nacional como regional. Hoy el panorama no es muy alentador, con los partidos tradicionales totalmente desdibujados y una nueva cauda llamada Centro Democrático, que solo obedece las consignas de su jefe, el expresidente Uribe Vélez, y una coalición de izquierda, liderada por un exguerrillero, Gustavo Petro.
Las ideas y los programas importan poco. Lo esencial es la fe ciega en sus profetas.El Acuerdo más importante, sin embargo, aún no se ha firmado y no hay muchas esperanzas de que se firme algún día. Es el que su creador, Álvaro Gómez Hurtado, llamó “El acuerdo sobre lo fundamental”.
Fueron muchos sus editoriales, discursos y conferencias en los que el inmolado líder plasmó sus ideas para que los colombianos "volviéramos a vivir".
Según su biógrafo Juan Esteban Constaín, ese Acuerdo era la mejor forma de "hacer política" y le permitió poder plasmar algunas de sus ideas en la Constituyente que en 1991 copresidió, sin que, empero, pudiera llegar a derrocar ese Régimen que "ha pervertido toda la vida pública y no ha permitido nuestra regeneración".
Por todo ello, quizás, es que no hemos podido convertirnos en una nación con un gran propósito común y aún tenemos que firmar acuerdos entre los partidos para no hacer trampas electorales, algo que se supone es parte de la esencia democrática.