Hace unos años disfruté de la película española dirigida por Antonio Navarro, el niño Jimmy se quedó esperando los regalos de Navidad, el abuelo le aconsejó pedirlos a los Reyes Magos, lo cual hizo y el seis de enero los recibió. En la Biblia no se mencionan reyes ni magos sino sabios orientales, en número indeterminado, que visitaron al mesías recién nacido en Nazaret portadores de obsequios valiosos. Los católicos incluyen en el calendario día festivo para conmemorar el acontecimiento. Gabriel García Márquez anotaba que, en su tiempo, encima del pesebre se ponía una estrella de papel con una bombilla en el centro y un rayo de seda amarilla para indicar a los Reyes Magos el camino.
En este diciembre del 2021 por consenso entre gobierno, empresarios y trabajadores se incrementó el salario mínimo en un diez por ciento, pero la inflación ya superó el valor de lo pactado y como siempre, porque sí, al empezar el 2022 todo sube más de lo previsto, incluidos los peajes y artículos básicos de la canasta familiar, el poder adquisitivo disminuye a pesar de los subsidios paternalistas suministrados por el Estado.
Los niños disfrutan del arribo de Melchor, Gaspar y Baltazar, la tradición perdura, hace noventa años. La niña Shirley Temple convertida en famosa actriz del incipiente cine sonoro comentó que no creía en Papá Noel porque en un supermercado le había solicitado un autógrafo y que Baltazar en una procesión le pidió otro; sin embargo, la fe mueve montañas, aspiramos a ganarnos el baloto, abrigamos la esperanza de que si no fue en Navidad buenas noticias lleguen en enero.
Dicen que los Reyes Magos eran aficionados a la astrología. Me consta que, en la ciudad de Colonia, en un relicario bañado de oro y plata de un metro de alto por dos de largo, para gloria de Alemania, se encuentran los huesos de los Reyes Magos, la historia del arte contribuye a reforzar el misterio que envuelve a dichos personajes.
En época electoral muchos consideran que debe elegirse un mesías antes que un presidente, expertos en publicidad recomiendan a los candidatos ensayar poses, mejor no profundizar en el tema con argumentos de carácter religioso. Así el coronavirus se empeñe en cambiarnos las cosas, hombres, mujeres y niños nos vinculamos a los Reyes Magos, con mayor razón cuando los resultados de la gran encuesta indican como solo el 25 por ciento de los entrevistados confía en Papá Noel y en cambio el 78 por ciento sí en estos sabios. Lástima no asistir a la cabalgata con vestuarios, coronas y mantos que al igual de otros años resultará lucida en el barrio Egipto de Bogotá. Me sorprendió la noticia de que, gracias a la tecnología, ahora los niños pueden mediante video llamada comunicarse y hablar con los Reyes Magos, o chatear con ellos. Ojalá que ningún pequeño salga defraudado.