Luis Carlos Peña Mosquera | El Nuevo Siglo
Sábado, 21 de Noviembre de 2015

“Pruebas serán inciertas para juzgar a autores”

LA TOMA DEL PALACIO

Tormentas jurídicas

HAY  condiciones climáticas imperantes en una determinada región, períodos que duran aproximadamente tres meses. Por ejemplo, en el verano las precipitaciones son en forma de tormenta y temperaturas  elevadas.

 

En Colombia tenemos nuestra propia condición climática jurídica, época que se inicia en el mes de noviembre, al conmemorar un aniversario más de la toma del Palacio de Justicia por el M-19.

 

El 6 de noviembre de 1985 las temperaturas incendiarias acabaron con   destacados magistrados, entre ellos el presidente de la Corte, Alfonso Reyes Echandía,  y otras desaparecidas como Lucy Amparo Oviedo, Luz Mary Portela, Cristina Guarín que en este año fueron reconocidos sus restos por los fragmentos de su falda escocesa, Gloria Lizarazo, Gloria Anzola y Carlos Rodríguez, David Suspes, Bernardo Beltrán, Héctor Beltrán, entre otros. 

 

Además de las altas temperaturas, surgieron las grandes tormentas producidas por las diferentes hipótesis en búsqueda de los verdaderos  responsables de este holocausto.

 

Un coronel gritaba como un destacado redentor “mantener  la democracia maestro” y el Presidente de la Corte suplicaba “cese el fuego por favor”. En esta tormenta y elevadas temperaturas, gracias a las cámaras fotográficas y videos de los diferentes noticieros, observamos años después, el rescate de muchísimos seres humanos, que eran conducidos a la casa del florero, lugar en donde ya se librarían del fuego cruzado, y podrían retornar a sus hogares llenos de vida, para contar a sus familiares las terribles experiencias de esa fatídica toma.

 

Pero trascurridos los días, las noches, y 30 años después, vemos  que estos seres humanos llenos de vida nunca retornaron a sus hogares, se convirtieron en fantasmas. Algunos ya fueron encontrados en fosas comunes.

 

Entonces surge una pregunta, ¿a la casa del florero fueron llevados para ser protegidos por los llamados salvadores de la democracia, o fueron secuestrados por miembros del M-19  que posiblemente se encontraban allí?

 

Hoy día las grandes tormentas siguen con vientos fuertes, el fiscal Eduardo Montealegre anuncia la revisión del indulto que en el año de 1989 el Gobierno de Virgilio Barco les otorgó a los integrantes del M-19, en medio del proceso de paz que llevó poco después a la entrega de armas de la guerrilla. 

 

Treinta años después, por orden de la justicia internacional,  el presidente Juan Manuel Santos en un acto de contrición protocolario expresa “se sacrificó a la justicia y a sus más altos magistrados” y el expresidente Belisario Betancur, pronuncia la frase, “Si errores cometí, pido perdón a mis compatriotas”.

 

Aún quedan en el aire temperaturas altas y tormentas jurídicas, en las que será imposible hallar a los responsables del holocausto. Jamás encontraremos las verdaderas circunstancias de la muerte de los que fallecieron en el Palacio de Justicia, o de los que desaparecieron en la casa del florero. Todas las pruebas serán inciertas para juzgar a los autores y partícipes, como lo establece el Código de procedimiento penal.