Hoy día las elecciones en el mundo; y Colombia no es la excepción, tienen un enfoque de mercado con el cual se busca que el "consumidor" elija el candidato más afín a sus gustos.
En consecuencia, se utilizan distintas estrategias para lograr una demanda efectiva.
Entonces, podría decirse que la medición de la opinión a través de las encuestas, como la capacidad de convocatoria de los candidatos, está relacionada con el impacto del mensaje y el método utilizado.
Previamente se selecciona el segmento poblacional al que se quiere llegar y se identifican muy bien los llamados "nichos de mercado".
Es sencillo, en un segmento con características relativamente homogéneas según su estatus social, edad, condición económica, ocupación, ubicación geográfica, estilo de vida, etc, puede haber varios ""nichos" de acuerdo con sus propios intereses y necesidades.
Si el candidato consigue cautivarlos, quienes los integran lo más probable es que depositen su voto por él.
Así las cosas, despertar confianza en el ciudadano, o la opción de resolver sus insatisfacciones y expectativas, es quizás el factor más importante.
Por eso, las promesas de campaña y la interpretación que cada quien haga de ellas dará lugar a conceptos favorables u opuestos.
Hay algunas que ocasionan pánico, como pasa con el empresario y la izquierda radical; otras no.
En tales circunstancias, "atrincherarse" recurriendo al "voto en contra" es una de las modalidades que adopta el elector.
Entonces, la gente se vale de todo cuanto esté a su alcance, tanto así que las redes sociales terminan saturadas de mensajes de uno y otro lado, incluso con argumentos distorsionadores para desprestigiar a quien no sea de su gusto, recurriendo a la calumnia, la burla y la ridiculización.
En España, por ejemplo, el Partido Popular (PP) argumentó que "la desinformación producida por las fake news (noticias falsas), constituye una forma de ciberguerra, que para contrarrestarla sería necesaria una ley con la que el gobierno pueda eliminar de internet aquellas noticias potencialmente falsas para el ciudadano..."(Revista Diners 1-05-18)
Las alianzas o coaliciones políticas juegan de igual manera un papel determinante, por aquello de dime con quién andas y te diré quién eres.., y aún el candidato al principio haya gozado de buena aceptación, al presentarse "mal acompañado" perderá simpatizantes, como suele suceder cuando no gusta su fórmula vicepresidencial.
Por último, no podemos dejar de mencionar el "voto de las maquinarias", o de las estructuras políticas que dependen de los compromisos adquiridos con el gobierno de turno y las prebendas ofrecidas a cambio.
Éste, como el "voto de opinión", tiene la posibilidad de concurrir a una misma candidatura, pero corresponden a enfoques sustancialmente diferentes.
En conclusión, la técnica para influir en los potenciales electores es ahora una más de las utilizadas en la sociedad de consumo, desplazando la disciplina y la motivación ideológica.
Así las cosas, el marketing electoral podríamos definirlo como la "actividad promocional más importante en el tiempo de campaña, al servicio del candidato y el programa que éste ofrezca"; muy utilizado incluso en la contienda presidencial de Colombia con todos de los matices anotados, pero lastimosamente centrado en el desprestigio y en el "voto en contra" y no propiamente en las propuestas de gobierno.