Mauricio Botero Montoya | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Noviembre de 2014

Medios sosos o sosos medios

 

Los noticieros y en general la prensa nacional no encuentran tema. Se han refugiado en la crónica roja. En el morbo de crímenes, en accidentes, en los aportes originales de las reinas de belleza a la cultura universal. Lo que es como pedirle a los académicos cumplir con las medidas del 90 - 60 - 90. O que Pachito Santos procure no hablar justo un microsegundo antes de haber pensado. Lástima que a sus antecesores no se les hubieran ocurrido” las pachitas” electrónicas contra los estudiantes cuando él mismo estaba en edad y actitud de merecerlas. Ese aporte teórico de Pachito a la pedagogía criolla, no ha tenido suficiente divulgación. Y el hermano de Pachito, Rafael, que sí tiene vínculos serios con la academia, por algún motivo se ha negado a usarlos en la Universidad de la cual es Rector. Pero ni siquiera eso es noticia. Y habría que revivir la contestación de una candidata de belleza a la que le preguntaron cuál era su libro preferido, y contestó con sinceridad que ella no leía libros porque la llenaban de prejuicios.

El eje de nuestra historia gira en torno de los acuerdos de La Habana con las guerrillas. Equivale a la paz lograda entre conservadores y liberales tras la guerra de Los Mil Días, hace cosa de un siglo. Y hay historiadores que ven ese episodio como hilo conductor del conflicto actual. Por supuesto quienes niegan la existencia del conflicto, pero fueron electos y reelectos gracias a él, minimizan su importancia y pretenden reducir la magnitud del hecho a un caso de comisaría policial. Y como los acuerdos no son, ni pueden serlo, de dominio público, los medios sólo pueden especular o buscar reinas de belleza como divertidas ovejas expiatorias.

El caso de actualidad es la captura, detención, o secuestro, del general Alzate que dirige las tropas de contra-guerrilla en el Chocó. Las Farc ya anunciaron su devolución, y ese” reality” terminará por galvanizar y avalar la seriedad y profundidad de las conversaciones de La Habana. Mientras en las ciudades los generales aparecen en público haciendo ostentación social de su rango con impresionante despliegue de seguridad, en una zona guerrillera y en pleno conflicto, aparece uno desarmado y en compañía de una abogada. Es de presumir que en ese inexplicable “reality”, sólo la llevó a instaurarle una demanda penal a las Farc… Más divertida fue la explicación del ministro de la guerra que aquí llamamos de “defensa” en el sentido que las Farc eran las responsables. Lo cual me recuerda al inspector Clouseau interpretado magistralmente por Peter Sellers.  Ocurrió que su archienemigo, la pantera rosa, había seducido a la mujer del Inspector y le había dado multimillonarios regalos en joyas y pieles. Como era obvio la inspección de impuestos francesa, que sí tiene dientes a diferencia de la DIAN, llevó a juicio Clouseau y le preguntó cómo con un salario de doce mil francos al año podía ella gastar tres millones. Él pobre inspector sólo acertó a decir que ella era muy ahorrativa… Colombia no se puede explicar sin humor. Su historia gira en torno de la superación de un grave conflicto irresuelto.