MONS. LIBARDO RAMÍREZ GÓMEZ* | El Nuevo Siglo
Domingo, 5 de Febrero de 2012

 

A propósito de la Carta del 91 (XXVII)

 

 

La lucha fratricida, con origen en el permanente enfrentamiento entre el Gobierno central y los Estados fortalecidos por la Constitución de Rionegro, y la fiera Revolución del 85, fueron motivo para que Núñez prosiguiera, pasos en firme, hacia nueva Carta Magna para el país, y pronunciara otra de sus frases contundentes: “Señores: la Constitución de Rionegro ha dejado de existir”. El 11 de noviembre de 1885 instalaba Núñez un Consejo Nacional de 18 Delegados (un liberal y un conservador por cada Estado) que sesionó hasta la expedición de la nueva Constitución firmada el 15 de agosto de 1886.

Ideas que inquietaban a Núñez, las condensó en mensaje enviado a los constituyentes para que fueran bases para sus decisiones. He aquí unos puntos básicos de ese mensaje: “El sufragio debe ser reflexivo y auténtico, no fraudulento… La prensa debe ser antorcha, no sea incendiaria… En el sencillo principio de justicia y libertad deben fundarse, exclusivamente, los derechos individuales… La tolerancia religiosa no excluye el predominio evidente de las creencias católicas”.

Puntos principales de esa Carta Magna del 86, que con pocas reformas, encauzó al país por ciento cinco años fueron los siguientes: República de Colombia como nombre del país; suspensión del régimen federal y paso al central sin Estados sino con Departamentos; régimen presidencial con autoridad para nombrar ministros, gobernadores y diplomáticos; tener prensa libre pero responsable; reformas constituciones por el Congreso con especiales trámites; reconocimiento de “Dios fuente de toda autoridad,” proclamación de la Religión Católica en la Nación como “esencial elemento del orden social, y para asegurar los bienes de la justicia, la libertad y la paz del pueblo colombiano”.

Es de recordar datos biográficos y gestión de gobierno del gran estadista Núñez, a quien, que con Miguel Antonio Caro y otros destacados colaboradores, se le debe elaboración de esa respetable columna de la nacionalidad como fue la Constitución del 86. En sus períodos de gobierno se adelantaron obras de suma importancia para el país en la navegación, en ferrocarriles. Nacido en Cartagena (28-09-25), fue representante a la Cámara (1852) y va al Senado (1859), fue convencionalista de Rionegro (1863) de donde se retiró por su desacuerdo con las ideas que allí reinaban.

Así fue el orden de las memorables presidencias del Dr. Núñez. Primera 1880 a 1882; segunda desde 1884 en la que se convierte en artífice principal de la Constitución de 1886. Es elegido para nuevo periodo de seis años (1886 a 1892), época en la que ejercicio el mando con algunas ausencias en las que asumieron los vicepresidentes el general Eliseo Payán, nacido en Cali, y el Dr. Carlos Holguín, nacido en Nóvita (Chocó). En 1892 es nuevamente elegido Núñez para período que culminaría en 1898, con Vicepresidencia de Don Miguel Antonio Caro, elegido en reñida contienda con el general Marcelino Vélez, quien ejerció en todo este período pues Núñez se había retirado a Cartagena en donde murió el 18 de septiembre de 1894.

Legado preciso del Dr. Núñez fue también la letra del Himno Nacional de Colombia, con música del maestro italiano Oreste Síndici, estrenado el 11 de noviembre de 1887, al que se le dio luego tal categoría por Ley 37 de 1920. Su obra literaria es apreciada grandemente con escritos que iluminan el caminar de los pueblos como Ensayos de Crítica Social y la Reforma Política en Colombia. (Continuará).

mons.libardoramirezgomez @hotmail.com

*Presidente del Tribunal Ecco. Nacional