ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 8 de Enero de 2013

Bien notables

 

Trabajaron  con energías renovadas, pasaron el año, sus empresas también, sacrificaron familia, renunciaron a placeres y se la jugaron a fondo por el país. Y no pueden ser personas comunes, son referentes de una sociedad cada día más necesitada de conductores y emprendedores, de líderes honestos y dirigentes decentes. Hombres y mujeres que dieron todo por sus objetivos y vendieron cara la marca país.

Líderes 24 horas, 365 días, empujados a menesteres de la obligación, a los afanes de la responsabilidad, al agite de programas y resultados, a vocación de servicio, al convencimiento de ganar, al drama de renunciar a una vida familiar, pero comprometidos con metas, valores y el éxito.

Responsables de que Colombia hoy esté a flote. Solidez, confianza, optimismo y seguridad, resumen la aventura de estos forjadores. Llevan a cuestas el presente y futuro de compañías y entidades que responden por prosperidad del país. Son soportes de la confianza inversionista.

Guían empresas, las fomentan, las comercializan y las posicionan. Generan empleo y riqueza, pagan impuestos y humanizan economía social. Algunos visibles o expuestos a medios de comunicación, otros, perfil bajo, hundidos en la fuerza del trabajo. Ellos y ellas, ganan el premio a notables 2013:

Patricia Cárdenas Santamaría, embajadora en Japón, Ricardo Obregón Trujillo, saliente presidente de Carvajal; Enrique De La Rosa Baena, presidente de RBM; María Mercedes Cuéllar, presidenta de Asobancaria; Juan Gabriel Uribe, ministro de Ambiente; Juan Carlos Durán, presidente Fondo Nacional de Garantías; Luis Carlos Sarmiento; Mauricio Cárdenas Santamaría; Juan Camilo Restrepo; Germán Vargas y por supuesto, Juan Manuel Santos.

Como ellos y ellas, en regiones, pueblos, veredas y lugares olvidados, hay otros referentes de una sociedad influida por los más pobres. Gentes de bien que hicieron la tarea con pocas herramientas de trabajo. Sin plata en bancos, aferrados a jornales, a microempresa, a la cooperativa, a la industria familiar, al negocio de amigos, a la sociedad de todos, forjaron un mejor país para su comunidad, para los niños y los viejos.

Son los trabajadores rasos, indígenas, campesinos, artesanos, mineros, taxistas, transportadores urbanos e intermunicipales, pilotos, fabricantes de calzado y textiles, diseñadores, analistas de mercado, empacadores de supermercados, tenderos, meceros, recepcionistas, estudiantes del SENA, vendedores informales, víctimas de la violencia, desplazados, y las viudas y huérfanos de la guerra.

Pero también los que hoy no tienen voz. Los secuestrados en montes y selvas de Colombia, sí que hicieron su tarea. Han sobrevivido otro año al infierno. Solo esperan que el cielo los recuerde y los traiga de nuevo a casa. Han pagado un alto sacrificio. Ellos y ellas, los libres y los que siguen en poder de la guerrilla, son los más notables de 2012.