Ya debemos acabar con el odio, que sólo genera odio. Sorpresa causa ver ovejas descarriadas proclamando verdades, que sólo predican su ego, a pesar de que tenemos un Papa humilde, lleno de sabiduría que lleva en su corazón el amor al prójimo, y que por tanto proclama la misericordia, como prioridad para que todos vivamos en paz.
Causa extrañeza que un rector de una universidad, director de un programa en Teleamiga, va en contravía de los postulados bíblicos, creyéndose más papista que el Papa.
Los católicos tenemos el deber moral de ser humildes de corazón, aspecto fundamental para convivir con nuestros semejantes en un mundo ideal de paz y de reconciliación.
Cuando el papa Francisco invita a perdonar plenamente a los que se arrepienten de todo corazón, como a los que cometen aborto, ésta oveja descarriada, confunde a los televidentes, advirtiendo que el papa Francisco lo que está predicando es la aceptación del aborto.
Como buen ignorante destituye al asesor espiritual de la Universidad La Gran Colombia, al sacerdote Juan Guillermo García, por el apoyo público que el padre ha hecho a las posiciones más liberales del Sumo Pontífice.
En estos tiempos no podemos volver a las épocas arcaicas en que los púlpitos se utilizaban para crear pánico, para asustar a los pecadores intimidándolos que tendrían su futuro en el averno, ignorando el arrepentimiento y el perdón.
El papa Francisco con sabiduría se pregunta ¿Quién soy yo para juzgar a una persona homosexual, cuando busca a Dios y tiene buena voluntad de llegar a él? ¿A los que provocan un aborto, y después se arrepienten, no tendremos el deber moral y cristiano de perdonarlos?
El Pontífice Francisco destaca los valores de la familia, valores necesarios para lograr una sociedad perfecta.
Confucio expresaba como máxima “hay que traer nuestros asuntos y relaciones en orden y armonía. Si uno espera alcanzar el orden en el Estado, primero debe traer su propia familia y vida personal en orden, ser autodidacta para dar expansión a nuestros conocimientos y a la investigación de las cosas”
El papa Francisco advierte que “el perdón que Dios te da” debe corresponder “al perdón que tú des a los demás”. Dios siempre perdona, por tanto si yo no perdono, en cierto sentido cierro la puerta al perdón de Dios.
Cumplido el Año de la Misericordia, proclamado por el Sumo Pontífice, confiamos en que muchos católicos, cristianos, evangélicos, y otros, hayan entendido lo que es el perdón y lo hayan puesto en práctica.
Por ello no entendemos que un académico como José Galat aún ande por los caminos de la ignorancia, destituyendo a quienes siguen a Dios, predicando los evangelios, y se opongan rotundamente a las predicas equivocadas de sus programas en Teleamiga.
Por ello Jesucristo exigió humildad a sus apóstoles, ordenándoles que tenían que ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas.
Dolor provocan aquellos que sólo claman venganza hoy día, que sólo proviene de un corazón inundado de odio alejado de todo bien.