Luego de varios años del gobierno intentar administrar sin mayor éxito los recursos de la parafiscalidad ganadera vuelve a entregárselos a Fedegán, tal como como lo dispone la ley 89 de 1993.
Una cosa es la polémica sobre la adecuada distribución de los recursos de la parafiscalidad y otra la persecución personal por razones políticas. Y muy diferente…Por supuesto, tomar represalias contra un gremio buscando desestabilizar su estructura y "restringirle" el acceso a sus propios recursos. Si el ánimo del anterior Gobierno era supuestamente "salvar" el Fondo Nacional del Ganado FNG, luego que finalizó la admiración en manos de Fedegán (por vencimiento del contrato) pasó al Ministerio de agricultura, y no lo logró; pues a la postre terminó en liquidación por "adjudicación" debido a una orden de la Superintendencia de Sociedades, medida sui géneris, que aparentemente podría llegar a creerse favorecía más a los bancos acreedores que propiamente al Fondo y mucho menos a los ganaderos.
Así mismo, luego de haberse desmantelado la estructura operativa del FNG, si bien se destinaron recursos para atender los ciclos de aftosa, los nefastos resultados hablan por sí solos, mientras otros programas acusan una parálisis total.
Lo paradójico es que el recaudo de la cuota parafiscal, la que aporta de su bolsillo el ganadero, se siguió cobrando por cada kilo de carne y litro de leche. En ese orden de ideas, como si fuese poco, dichos dineros, que son de propiedad de los ganaderos y no del sector oficial, fueron a parar a una cuenta con el sugestivo nombre de "Cuenta Nacional de Carne y Leche", a través de un encargo fiduciario con Fiduagraria.
Lo más grave, es que durante ese tiempo también se omitió reunir a la junta Directiva del Fondo Nacional del Ganado FNG, creada por ley como la máxima instancia jerárquica en el orden administrativo, la cual no fue ni siquiera consultada para disponer de los dineros en mención.
Ahora bien, se dijo que el Ministerio de Agricultura intervendría el FNG solo por seis meses, tiempo que tampoco cumplió.
En consecuencia, no puede volver a suceder que por ejercer el derecho al disenso, particularidad inherente a los gremios; o por malquerencias personales debido a las razones que fueren, se puedan ejercer retaliaciones hasta auspiciar y promover la división de los ganaderos del país.
De ahí, que independientemente de la polémica sobre el tema, la decisión de retornar la administración del FNG a los ganaderos, es la demostración más clara de que los miembros de su Junta Directiva, la administración y su equipo de profesionales y técnicos, lo hicimos bien y dentro del rigor normativo, ético y moral.
Así mismo, el doctor José Félix Lafaurie, como todos los funcionarios y contratistas que formaron parte de su equipo de trabajo.
Es entonces, el momento de definir una nueva "hoja de ruta" clara, coherente, medible en el corto, mediano y largo plazo para el sector ganadero, tanto de carne como de leche.
Que todos los que contribuyan con su aporte parafiscal participen en la orientación de esos recursos de manera representativa y ecuánime.
Debiéndose estructurar consecuentemente, alianzas estratégicas con los gremios existentes, para su distribución y ejecución.
Así mismo, es necesario y urgente llamar de inmediato nuevamente, al equipo técnico del Fondo Nacional del Ganado FNG, que logró el estatus de país libre de aftosa en 2009.