Familiares y amigos colombianos, de personas residenciadas en el exterior, tienen la pregunta válida alrededor de la identidad de los caídos bajo la sombra siniestra del Covid-19, en distintos lugares del mundo.
El hecho de citar únicamente la nacionalidad no agrega claridad, porque desconoce la identidad y, por el contrario, angustia más a sus congéneres residenciados aquí en Colombia.
Si bien las características de la emergencia siguen dentro del marco de una guerra violenta, en la que el contendor no deja ver su cara, sino la herida y su nombre -coronavirus- como autor original, transformado en pandemia mundial.
La inquietud, ha tomado fuerza, en mayoría de ciudades y poblaciones del país donde sin duda, hay quienes conocen a una persona, o varias, en Italia, España, Francia, Estados Unidos y Brasil, que suman a diario, cientos de muertos por contaminación.
Basta con imaginar el crudo impacto para los padres con hijo o hija, colombianos, instalados en alguno de los países mencionados; al preguntarse en casa, crecerá la confusión; si A o B, estaban contaminados y, ellos los padres, no estaban enterados.
La escena puede haberse repetido entre familias residentes en Colombia, y, sin ver a los suyos del exterior, durante largo tiempo, por alguna razón de comunicación o cambio de residencia.
No puede esperarse que el mismo día, puedan conocer los nombres de los colombianos muertos y, menos en clima de emergencia en las respectivas ciudades de los países sacudidos por el detestable virus.
La iniciativa tiene fondo y techo, con exigente responsabilidad, para proceder a armar un registro con los nombres de los ciudadanos muertos, con nacionalidad colombiana.
Y la idea precisa que, la base del sistema sería el Gobierno colombiano, desde Bogotá, a quien le correspondería subrayar interés, por sus ciudadanos y de manera esencial, nombres completos y documentos de residencia, actividad laboral o estudiantil.
La estrategia debe tener como cabeza al Ministerio de Relaciones Exteriores para que haya una indagación diaria de las embajadas colombianas o de consulados, en los países, donde han muerto nacionales nuestros.
Es entendido que cada informe no se podrá elaborar a la velocidad del rayo, si se tiene en la cuenta el tiempo requerido por las dos mencionadas oficinas (embajada y consulado), representantes de Colombia en cada país.
Así este columnista propone un requerido -Directorio de los Colombianos Muertos en el Exterior, durante la pandemia– para que se incluya página diaria o interdiaria, con nombres y país, donde hayan fallecido. Es necesaria información pública.
Si familias y amigos desde Colombia confirman qué pasó con los suyos, según nombres de familiares víctimas del Covid-19, agradecerán el cumplimiento humano y solidario de compatriotas.