Prevalecen instituciones democráticas en EU | El Nuevo Siglo
Lunes, 11 de Enero de 2021

Frente a la siempre necesaria pregunta ¿quién gobierna? el liberalismo clásico en sus orígenes -Siglo XVI- fue estructurando una respuesta en torno a las libertades y por ende a la limitación del poder, optando así por la fórmula: el gobierno de muchos y la separación de poderes. Construcción que luego consolidaron los Estados Constitucionales modernos. Y ello sentó las bases de la democracia representativa.

En este sentido, el parlamento surge como órgano de contrapeso al poder del ejecutivo, el cual en las ideas originales de John Locke es el responsable de la acción y está subordinado a aquel. Pero, en regímenes presidencialistas el ejecutivo tiende a concentrar mucho poder y por ello se hace más necesario consolidar instituciones que ejerzan contrapeso y la separación de poderes del Estado, como la justicia, el Congreso, y los organismos de control.

A lo largo de su desarrollo y de hacer frente a no pocas amenazas -absolutismo, fascismo y dictadura-  las democracias representativas fueron consolidando instituciones clave como las elecciones libres y la alternancia en el poder. Estableciendo reglas como que se gobierna de acuerdo con la ley, y que las instituciones prevalecen por encima de los personalismos. Sin embargo, el desbordamiento del poder es una amenaza, sobre todo por los caudillismos y populismos que usualmente desvían el curso constitucional y de sus instituciones. Agudizando la conflictividad social y la polarización política para aferrase al poder.

En este sentido, lo ocurrido el 6 de enero con el asalto de la turba trumpista al Congreso de los Estados Unidos, y que el presidente electo Joe Biden calificó como una insurrección, es un capítulo deplorable de la deriva que puede tomar el desbordamiento populista del poder presidencial, el desconocimiento de los resultados electorales y de las instituciones democráticas. Desde el proceso para lograr la nominación como candidato del Partido Republicano -2016- es conocido el estilo de Trump, que fue visto como una polémica personalidad por su disposición a insultar. Pero, eran comportamientos predictivos de lo que posteriormente como presidente no hizo sino confirmar y agravar.

Después de las elecciones del pasado 3 de noviembre, Trump se concentró en ejecutar todo tipo de acciones para revertir los resultados. Al respecto, Matt Flegenheimer y Maggie Haberman escribieron en el New York Times (25/11/20) “se han dedicado a socavar los postulados básicos de la democracia estadounidense para aferrarse a un cargo que no esperaba ganar hace cuatro años y que, según la mayoría de los testimonios, no ha valorado mucho desde entonces.”

Justamente, el Presidente desconociendo los resultados electorales animó la arremetida contra el Congreso. Sin embargo, ante el oscuro panorama de aquellas horas, prevalecieron las instituciones por encima de la violencia y el populismo de derecha actual; el Congreso reanudó más tarde el trabajo que se intentó sabotear, certificó la elección de Biden, rechazó la afrenta de la que fue objeto y anunció investigaciones. Restableciendo así el sistema de pesos y contrapesos y logrando recuperar el espíritu de las instituciones democráticas. Buen comienzo del fin de una modelo de ejercer el poder desconociendo las instituciones, el cual no se debe tolerar.

@Fer_GuzmanR