Mi padre hacia referencia a una frase del poeta Guillermo Valencia que decía: “Es preciso sacrificar un mundo para pulir un verso”. Esta sentencia bien aplica a nuestra Corte Constitucional que en la exegesis de la norma, castiga a la inmensa mayoría del pueblo colombiano para defender los derechos de una memoria perversa y viciosa. Ofende la Corte la dignidad de los ciudadanos cuando retuerce el pescuezo del Código de Policía, eliminando de un plumazo la prohibición de consumir alcohol y droga en sectores públicos.
Cuesta asimilar al grueso de la población esta absurda sentencia, donde la Corte se separa de la realidad y protección de los millones de ciudadanos de bien que corren peligro, para proteger el vicio y la amenaza de una minoría viciosa y corrompida que se desata al consumo de drogas y licor en los parques y calles protegidos por la ley, cuando el consumo de cigarrillos, que es menos nocivo es restringido.
Por lo tanto un marihuanero puede disfrutar de su “bareto” en el parque o frente a su casa, en los estadios, en Transmilenio o en cualquier lugar publico en presencia de niños, señoras embarazadas, ancianos, deportistas y en fin, soportando el nauseabundo olor del cannabis, amedrentados por la desagradable y amenazante presencia del borracho o drogadicto, además de sufrir el efecto generado en el medio ambiente.
No es responsable la Corte al dar rienda suelta al consumo de drogas, a que un adicto se inyecte heroína, consuma cocaína, marihuana, éxtasis o cualquier tipo de droga sintética o se emborrache vulgarmente en cualquier lugar publico donde hay niños, padres de familia y personas mayores, cuando se sabe que los peores crímenes han sido cometidos por personas en estado de embriaguez o drogados, todo aquello sin advertir el peligro de la ciudadanía, para ampliar los derechos del articulo 16 de la Constitución, que habla del libre derecho al desarrollo de la personalidad, donde el vicio lo convirtió en el escudo de los adictos.
Que decepción nuestra Corte Constitucional, cuando uno como ciudadano del común se pregunta: ¿que tienen esos magistrados en la cabeza?; ¿porque sus tendencias libertarias con marcada tendencia ideológica, consideran que el vicioso en vez de ser asistido, debe tener mas derechos que los ciudadanos de bien?; ¿No son las leyes hechas para proteger y hacer una sociedad mejor?, entonces porque estos magistrados consideran que el consumo de albohol y droga públicamente no afectan la moral del país, sin importar que los ciudadanos de bien corren peligro al sentirse desplazados por los viciosos y borrachos ya que estos son agresivos, vulgares y desconsiderados. Mas aun la irresponsabilidad de la Corte, cuando el consumo de licor y estupefacientes esta aumentando geométricamente entre la población colombiana. Esta medida favorece al microtráfico e incentiva el consumo, ofende a la ciudadanía, hace perder respeto y credibilidad a la justicia.
¡Que falsa Corte!, que dolor de patria sentimos los colombianos al tener que ver desde la ventana que 4 o 6 personas, totalmente equivocadas orientan las políticas de orden, respeto y moral del pueblo colombiano. Mientras tanto esos magistrados continúan placidos devengando con nuestros impuestos.