¿Por qué perdimos la guerra?
“Hay dos Colombias que no caben en un mismo lugar?”
“EN medio de la traición que nos cerca por todos lados es preciso que el pueblo español y que nuestros amigos de todo el mundo sepan cuál es el destino que nos aguarda y cuál es nuestra posición y nuestra actitud ante ese negro panorama”...
La frase se encuentra consignada en un maravilloso libro de don Diego Abad de Santillán, un republicano que cuenta con tristeza las razones por las cuales se perdió la Guerra Civil Española. Es un libro maravillosamente escrito, como se escribía antes. Con altura y argumentos.
Comenta Santillán que “España vive todavía y hemos sido testigos de una de sus epopeyas de vitalidad y por eso solo tenemos fe en su porvenir” y se pregunta: “¿Hay dos Españas que no caben en esta península?”.
Cuando leía con atención a Santillán me pregunté: ¿Por qué estamos perdiendo la guerra en Colombia? ¿Hay dos Colombias que no caben en un mismo lugar?
Plinio Apuleyo Mendoza comentó recientemente que existe una conjura contra todo lo que significa Uribe. Es evidente. Además, existe una sed de venganza. “Frotándose las manos de la dicha están por estos días los antiuribistas. No esconden su felicidad, bien en lo que escriben o en lo que dicen. Hay un alborozo general en esas toldas, que no corresponde al sentir popular”, según Mario Fernando Prado, en El Espectador.
“El clima de entendimiento que ha prometido la unidad nacional podría resquebrajarse y se podría incubar una nueva etapa de violencia partidista”, según Prado.
Algunos medios de comunicación no ayudan de a mucho que digamos. Aplauden, soterradamente, que se lleven a Arias y a Moreno a la cárcel y, al mismo tiempo, le hacen la guerra mediática a todo lo que significó Uribe. Me dicen, por ejemplo, que algunos periodistas de Caracol aplaudieron a rabiar el fallo del magistrado Fierro contra Arias.
Nada más paradójico que la providencia que emite el magistrado Fierro en el caso de Arias. Se acusa a Arias de obstrucción a la Justicia, igual que a Moreno. Salvo en los países presos de las dictaduras neosocialistas se aplica una medida judicial tan subjetiva. Contrasta, de paso, la actitud valiente y gallarda de Arias y Moreno vs. la arrogante actitud de los Moreno. Y Samuel nada que renuncia.
Vivimos la primera etapa del neosocialismo: la concentración de poder mediático, más el ajusticiamiento social. Vivimos la guillotina judicial.
Me dicen que el 17 de diciembre se celebrará un acuerdo de paz. El tema ya está cocinado. ¿Por qué no nos dicen la verdad de una vez por todas?
Como en el viejo bambuco: ¿A quién quieres engañar, abuelo? Y si nos va mal en las elecciones de octubre … Santos a la baja en las encuestas…
Puntilla. Y con los favorcitos de la CSJ, con los computadores de RR como para qué más. ¡Sálvese quien pueda! Porque perdimos la guerra.