RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 17 de Enero de 2012

Notas sobre economía

Hace unos días el presidente de la ANDI, Luis Carlos Villegas, dio algunos datos interesantes sobre la economía colombiana: la inversión extranjera creció en 2011 en US 15.000 millones, de los cuales 60% corresponde a petróleo y carbón. En inversión total alcanzamos 30% del PIB y crece a 18%. En 2002 éramos la séptima economía en América Latina, hoy somos la cuarta y pronto la tercera, luego de Brasil y México. En comercio exterior crecimos hasta octubre 38.39%, superados solamente por India. El déficit fiscal es sólo 2% y el gasto del sector público está bajando.
Según el HSBC en el 2050, si las tasas de crecimiento se mantienen por encima de 4% anual, Colombia será la economía 26 en el mundo. Con un INB PPA (Paridad de Poder Adquisitivo) per cápita de unos USD 10.500 este año, esa cifra podría triplicarse.
El doctor Villegas no se refirió a otros asuntos que han mejorado en el período, como el orden público. Pero los colombianos sabemos que en los últimos diez años, gracias a la Seguridad Democrática, la Confianza Inversionista y la Cohesión Social, que ahora tienen otros nombres, el país pasó de ser un Estado fallido a una de las estrellas en ascenso (Civets), para dolor de los Coronelles, las Duzzanes, los Bejaranos y otras aves del mismo plumaje.
No todo, sin embargo, brilla tanto. El desempleo está en una tasa de 9.2 % según la OIT (9.0% según cifras oficiales), uno de los más altos de América Latina y todos sabemos que hay mucho subempleo. Por eso Villegas habla de “formalizar” la economía asfixiada por impuestos muy altos y por parafiscales que, en buena parte, se desperdician.
No obstante los esfuerzos de los gobiernos de la década en la reducción de la pobreza y la promoción del empleo y la igualdad, el abismo entre los pocos ricos y los muchos pobres es enorme y la clase media (media y media baja) lucha por sobrevivir. La distribución de la tierra, gracias -pero no exclusivamente- a las mafias y a las Farc, es una de las peores. La reforma agraria es urgente. Algo trata de hacer este Gobierno: acaban de entregar 2.700 hectáreas a 167 familias (un poco menos de 15 hectáreas a cada una), lo que es mucho mejor que la reforma de Lleras, pero no suficiente, a menos que se creen cooperativas que permitan industrializar el campo. En los Llanos hay que formar grandes empresas en las que los trabajadores sean socios importantes, para producir palma africana y otros productos para biodiesel. No podemos seguir importando arroz y alimentos que aquí se dan bien.
Coda. A propósito de las corridas de toros, “espectáculo alrededor de la muerte” (lo dice Petro), el alcalde dijo que “tendría la facultad de prohibir la actividad taurina en la ciudad”, lo que yo dudo porque para eso hay un Concejo, pero muestra muy bien su talante y lo que nos espera.