Reconstruir a los partidos | El Nuevo Siglo
Lunes, 20 de Junio de 2022

Existen los partidos políticos desde que el mundo es mundo y el hombre es hombre.  Formaron partido Caín y Abel; Esaú y Jacob; católicos y protestantes; monárquicos y republicanos, capitalistas y comunistas.

En Colombia fueron gentes de partido Rafael Uribe Uribe y Miguel Antonio Caro, Carlos Lleras Restrepo, Ospina Pérez, Laureano Gómez, Álvaro Gómez Hurtado y Alfonso López Michelsen.

No todos los dedos de una mano son iguales. Tampoco son iguales las opiniones de los miembros de una familia, un grupo social o un país. La dialéctica de la vida es así. De esta discrepancia surge la necesidad del diálogo, el cambio de ideas y la convivencia. No faltan, desde luego, los temperamentos dogmáticos. Los que desconocen las posiciones intermedias y los matices.

Todos los pueblos del mundo han sufrido el feroz azote de la intransigencia. Por eso sufrimos persecuciones y crisis terribles. Al adversario le señalaban uno de estos tres lugares: cárcel, destierro o cementerio.

En las dictaduras no hay partidos. Los totalitarismos son despóticos.

El oportunismo y el afán de provecho egoísta por parte de los caciques conduce al fracaso. Álvaro Gómez dijo: “Hay más conservatismo que partido”. Yo he dicho en mis libros que Colombia es conservadora, pero vota liberal. No hay que temerle a la grandeza.

En España vi en un muro en el cementerio esta frase espantosa: “Aquí yace media España, víctima de la otra media”

Colombia es un robusto árbol y sus poderosas ramas son los partidos políticos. Los partidos se originaron por muchas razones.

Quizás la más importante es aquélla que consiste en que a una persona sola, sin el respaldo de un partido, le queda muy difícil ser oída por un gobierno. Los partidos encausan las corrientes de opinión, los anhelos y las esperanzas.

Los partidos tradicionales, con sus triunfos y sus fracasos han hecho la historia de Colombia.

Santo Tomás sostenía que después de la teología, ciencia de Dios, la disciplina más trascendental en la vida de los países es la política, pues su misión es buscar la felicidad de las comunidades.

Y Churchill, con realismo sostenía: La política se inventó, no para que los pueblos vayan al cielo, sino para evitar que vayan ¡al infierno!

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Los colombianos volvieron a ejercer su derecho, en democracia, de elegir a un nuevo mandatario. Con una votación mayor a la de la primera vuelta, el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro fue elegido presidente para el periodo 2022-2026, con una diferencia de un poco más de 700 mil votos frente al exalcalde de Bucaramanga, Gustavo Petro.

Colombia tendrá así el primer gobierno de izquierda en su historia y, ojalá, como lo dijo el mandatario electo en su discurso de victoria, queden atrás los odios y resentimientos que enmarcaron esta campaña por la Casa de Nariño.

Lo cierto, también como lo indicó en su intervención es que más de 10 millones de colombianos no apoyaron su propuesta, evidenciando un país polarizado. Y, justamente uno de sus primeros y mayores retos es buscar el consenso. De allí que haya planteado un acuerdo de unidad nacional.