En buena hora el directorio nacional del Partido Conservador Colombiano (PCC) decide redireccionar su orientación política basada en los principios y valores formulados desde su fundación, hace ya casi 175 años.
El respaldo y ratificación del presidente de la colectividad, senador Efraín Cepeda, es un claro mensaje de coherencia ideológica y misional conservadora, la misma que viene de nuestra historia, porque si bien es cierto que al inicio del actual gobierno el Directorio Nacional y la bancada aceptan ser partido de gobierno, la motivación en aquel momento se dio para no continuar con la polarización y más bien contribuir al desarrollo social y económico del país, confiando en la seriedad y conveniencia social de las propuestas, así como el ánimo constructivo de las mismas. Pero en el desarrollo se fue cayendo en cuenta de las intenciones y el manejo del poder del presidente y su gabinete, improvisado, inepto y sesgado ideológicamente con propuestas nocivas para el país y con un propósito desestabilizador de la democracia y la institucionalidad como el Estado de Derecho.
Con base a lo anterior, el presidente Cepeda bajo su responsabilidad se opuso a continuar por ese camino, que efectivamente había perjudicado el orden interno de la colectividad, afectado a la bancada parlamentaria, puesto que el gobierno ha querido jugar su carta tocando a los parlamentarios de manera individual, para así romper el orden de unidad de bancada parlamentaria y de esta manera sacar adelante sus reformas que son nocivas e inconvenientes para los colombianos.
En buena hora el partido Conservador reacciona y ratifica a su presidente en señal de autoridad y coherencia, medida que ha caído muy bien en la militancia, volviendo a generar confianza al haber pasado a la independencia y negarse a votar favorablemente aquellas reformas inconvenientes a la salud, las pensiones y demás propuestas que en nada positivo contribuyen a la estabilidad social, al desarrollo y crecimiento, así mismo a la estabilidad democrática de Colombia.
En este orden de ideas el presidente Cepeda anuncia un reordenamiento de la militancia, haciendo un llamado al fortalecimiento de los directorios departamentales y municipales para trabajar con miras a las próximas elecciones de congreso y presidencia 2026, en que el partido debe consolidarse y crecer su votación, más aun cuando la firme intención es la de presentar candidato propio a la presidencia y para ello lo que se requiere son regionales fuertes, militancia activa y propuestas favorables a la nación.
Así, de manera que la principal y urgente tarea, es recomponer la regional más importante: Bogotá, que ha quedado desaparecida del mapa político capitalino, sin ediles ni concejales, un solo representante a la Cámara, por lo tanto, queda ausente de proponer y participar en el plan de gobierno 2024-2030, lo cual afecta a la colectividad, por supuesto a los conservadores de la capital y como efecto a la orientación nacional.
En buena hora el partido Conservador retoma su camino y se espera que, bajo la responsabilidad histórica, no permita que las intenciones desestabilizadoras del actual gobierno y del presidente Petro, lleven a Colombia a un régimen antidemocrático y nocivo al desarrollo, tranquilidad y progreso de nuestra nación.
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