Quien se atreva a hablar bien de Fidel Castro en un medio como el nuestro, corre el riesgo de resultar satanizado o por lo menos de ser mal interpretado por los exegetas o radicales de derecha, e inclusive por quienes son presa de emociones superficiales sin adentrarse en el fondo de las cosas y sin dar tregua al pensamiento crítico.
Sin embargo es posible equivocarse al querer diferenciar lo malo de lo bueno en personas tan controvertidas como el líder cubano, "Último del Socialismo Occidental en el Siglo XX" y a quien muchos aman mientras otros detestan.
Los nacidos en la década de los años 50 de la pasada centuria, recordamos sus fogosos, desafiantes y prolongados discursos en contra del "Imperialismo Yanqui", del colonialismo y del poderío norteamericano.
En la onda corta de nuestras radios, las transmisiones originadas desde “Radio Habana Cuba", matizados con el himno nacional de ese país, se ocupaban de presentar a la isla como "Territorio Libre de América".
Entre tanto, fuera de ella, los medios divulgaban una realidad muy distinta, los fusilamientos, la escasez de alimentos, y la opresión contra la población, lo cual obligó a muchos a emigrar en pequeñas barcazas arriesgando su vida al amparo de la Virgen de la Caridad.
Hoy, a pocos días de la muerte de Castro, a la cual escapó en más de 600 ocasiones por atentados en su contra, se escuchan expresiones tales como fue un "tirano embaucador, narcisista y sátrapa...";propias de quienes ven con terror que en nuestro país se repita una experiencia semejante.
Dicen además, que "no se celebra la muerte de un ser humano sino el entierro de una dictadura" a pesar de que el régimen ya había comenzado a cambiar como consecuencia del nuevo enfoque desde la caída del Muro de Berlín.
No obstante, con el temor de una realidad muy cercana como lo es el remedo de la experiencia cubana sin ningún futuro, en el vecino país de Venezuela.
Entre tanto, los nacidos y criados en la isla durante la revolución; que vivieron allí su niñez, adolescencia y juventud, paradójicamente se atreven a definirlo como "El hombre del siglo", porque dicen reconocer su labor, a pesar de lo bueno o lo malo de sus decisiones".
E inclusive le dan "gracias a Dios porque haya existido un ser humano como Fidel Castro, quien supo poner a Cuba en lo más alto del podio mundial con su inteligencia y sabiduría".
Pensamiento que obviamente no comparten los inmigrantes de la Florida en Estados Unidos, quienes disfrutan hoy día de los beneficios de la democracia y de la economía de mercado, particularidades del "sueño americano".
Razón determinante también, para explicar la razón de su voto a favor de Donald Trump como castigo al Presidente Obama.
Opiniones encontradas, afectos y desafectos.
Un escrito de Juan Almeida para la BBC, expresa:
"Muchos lo aman, tal vez más lo detestan, porque Fidel Castro ha sido controversia, devoción, división, vanidad, insolencia, desunión, vicio, pecado, crueldad, creencia, cordura, bondad, arrebato, religión, ateísmo, necedad, injusticia e infamia"
Y agrega:
"Fue un hombre que en vida juzgó sin temblarle el pulso y justo ahora comparecerá ante el juicio de la historia, porque la muerte nos iguala a todos, incluso a los más diferentes.
"Por su parte, también una frase de Castro dice:
"Que nuestros enemigos no se hagan ilusiones: yo muero mañana y mi influencia puede crecer."
¡Ya veremos qué está por suceder...!