Reflexiones | El Nuevo Siglo
Sábado, 16 de Diciembre de 2017

Los autores analizados, en esta columna, despiertan inquietudes. Giovanni Papini  visualiza diversos temas y excluyó los chismes, variante malévolos rumores falsos. Se observó, en Cass R. Sunstein, que dicho fenómeno conduce, en USA, a considerar “poco inteligentes” a los afectados y tal calificación, vista la capacidad de síntesis de los colombianos, conduce a los términos mediocre y mediocridad. Papini contempla los mediocres en el capítulo 15: ocho personajes, siete imaginarios, uno real y relaciona la mediocridad con factores como debilidad, ingenuidad, timidez, indolencia, pereza,  caminos equivocados, avaricia, lujuria, soberbia, mezquindad, olvido de amar, ser común y corriente.

Álvaro Camacho y John Higgs hallan irracionalidad respectivamente en la conducta colombiana y humana. Dicho criterio se comparte, previa experiencia personal, y se expone un ejemplo: una vez los medios de comunicación rectifican sus acusaciones, se descubre algo inesperado: la sanción social continúa con efectos negativos en reputación, trayectoria, ingreso y jubilación. Quien escribe habló de Justicia Paralela que tiende a desaparecer. Similar luce la situación de acusaciones del sistema judicial y se dice que la comunidad se inclina a considerar culpable a quien es declarado inocente.

Sun Tzu,  estratega militar chino del siglo V a.c., expone el caso de enfrentarse un enemigo tan poderoso que nada se puede contra él; recomienda huir. Esta vía es reemplazada, en la actualidad y nuestro medio, por la judicial, es decir, un sistema  deficiente pero la antigua es posible de contarse con medios de fortuna. Enrique Serrano reconoce la vigencia de los chismes en la conducta colombiana y no cree que puedan ser perversos, lo cual depende de la experiencia personal, y agrega estas ideas: prima lo privado sobre lo público, consensos difíciles, inflar cifras y datos, los contactos son decisivos, burlar la ley, cumplirla parcialmente.

De acuerdo con Samuel P. Huntington es enorme la validez de la cultura. Como guías parciales propias de conducta, con base en literatura, se acogen el Quijote: “de  cuyo nombre no quiero acordarme”, el romancero español: “A mis soledades voy/ de mis soledades vengo/ porque para estar contento/ me bastan mis pensamientos”/ y, por último, la estética como combinación de ética y eficiencia. Al dictar un curso sobre metodología de la investigación, fue evidente que la metodología científica se opone a las “chivas”.