El Presidente de Colombia en 1982, Belisario Betancur (q.e.p.d), inició su proceso de paz mediante una reforma política encaminada a promover el diálogo. En ese mismo año logró que el Congreso aprobara la ley de amnistía para los actores del conflicto que manifestaran su disposición a participar de la negociación propuesta.
El 19 de septiembre, también de 1982, creó por decreto la Comisión de Paz y a los dos meses entró en vigencia la Ley 35 de 1982, que como ya lo anotamos, concedió amnistía a los delitos políticos.
Se conformaron las comisiones facilitadoras del diálogo y además se firmaron los acuerdos de cese al fuego y tregua.
Los actores armados eran, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (Farc-Ep), el Ejército Popular de Liberación (Epl), el Movimiento 19 de Abril (M-19), el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y la Autodefensa Obrera (Ado).
El departamento del Caquetá, lugar de colonización al margen de la selva, era el epicentro de la violencia armada en el país, razón por la cual esa región jugó un papel determinante en ese momento.
El contraste estaba en tener que escuchar las ametralladoras y vivir las consecuencias de los enfrentamientos entre la guerrilla y las fuerzas del orden.
Pero era igualmente frecuente la llegada de misiones gubernamentales y de organismos internacionales, la Cruz Roja, ONG’s de Derechos Humanos y la Iglesia, entre otras, para ofrecer su colaboración desafiando el peligro
Fueron muchas las instituciones y en particular las personas consagradas al oficio.
Uno de ellos, Monseñor José Luis Serna Alzate, a quien se le denominó el "Obispo de la Paz".
El Plan Nacional de Rehabilitación PNR, proporcionaba los recursos para el desarrollo de proyectos productivos, infraestructura y bienestar social.
Se hizo el trazado de la carretera Rionegro - Cartagena del Chaira, hoy una realidad, y se llevaron a cabo múltiples programas de crédito y asistencia técnica y social.
Personalmente, estuve al frente de este programa de la Presidencia de la República, como gerente regional del Instituto Colombiano de Reforma Agraria Incora, río arriba y río abajo, internándonos en la selva con los funcionarios del gobierno de la época, para visitar las poblaciones más alejadas como Cartagena del Chaira, Santafé y Remolinos del río Caguán; también San Luis sobre el río Orteguaza, y la base aérea de Tres Esquinas, cerca de donde cayó el avión de Aeropesca cargado de armas, en cuyas orillas habitan los indios Coreguajes.
Recorridos hechos con frecuencia a estos y muchos sitios más, como Paujil, Doncello, San Vicente, Belén de los Andaquíes, Valparaíso Curillo, Guacamayas y Yaguara II, en los Llanos del Yarí, para ayudar a sus pobladores y promover a la vez, en nombre del Estado, la reinserción de más de 500 guerrilleros del M-19, entregándoles incluso a algunos de ellos, parcelas a media hora del municipio de Valparaíso, donde se organizó el asentamiento denominado "La Solita", como igual sucedió con la hacienda Larandia cerca a Florencia y con la finca que fuera en vida de Gloria Lara, adquiridas por el Incora a orillas del río Orteguaza.
Han transcurrido 35 años, era 1983, y ejercía como gerente general del Incora Ernesto Muñoz Orozco (q.e.p.d.)
Todos en colaboración con el señor expresidente Belisario Betancur y a quienes el Caquetá y el país entero, reconocen como promotores convencidos de la necesidad de alcanzar una paz estable y duradera para todos los colombianos.