RICARDO EASTMAN DE LA CUESTA | El Nuevo Siglo
Martes, 17 de Enero de 2012

Israel e Irán nucleares

La influencia de Washington, muy disminuida en Oriente Próximo, está afectada por la deteriorada relación entre el presidente Barack Obama y el primer ministro israelí Netanyahu, después de la descalificadora conversación “privada” entre Obama y Sarkozy sobre la discutible calidad humana de Benjamín Netanyahu.
Ahora se podrá creer en su capacidad de lobby, desinformación y el propósito de que sea Estados Unidos quien ataque a Irán. Es un enredador.
Por supuesto, si no lo logra, está dispuesto a lanzarse a la guerra.
Militares israelíes y expertos en inteligencia opinan que una agresión contra Irán apenas retrasaría su programa nuclear (excepción, si se propone una destrucción total del territorio enemigo), intensificaría el terrorismo en la región y las acciones bélicas que aislarían el Cercano y el Medio Oriente en momentos en que se suceden grandes cambios en los países árabes.
La duda crece cuando se incluye en el análisis la retirada gringa de Irak. Unos piensan que eso ayudará a fortalecer la posición regional iraní. Otros opinan que el desprestigio del gobierno de Ahmadineyad crece con su posición contraria a las revueltas en el mundo árabe que para nada favorecen los gobiernos teocráticos.
Cuanto más presión se ejerce sobre Irán para que no cuente con capacidad nuclear, más convencido está su Gobierno de que la necesita. Teherán considera que si en la invasión de Irak en 2003 Saddam Hussein la hubiese tenido, nunca lo hubiesen atacado. Nada pronostica una cesión iraní ante Washington y Europa. La resistencia a las amenazas le sirve de legitimación.
Las maniobras militares iraníes de diciembre y enero, que involucraron el lanzamiento de misiles de largo alcance, calentaron aún más la región.
El posible cierre del estrecho de Ormuz, por donde pasa el 35% del petróleo que consume el mundo, como represalia por un mencionado embargo europeo sobre el crudo iraní, aumentó la tensión entre Washington y Teherán. “Para Estados Unidos es una línea roja y responderá”, afirmó León Panetta, jefe del Pentágono.
Israel utiliza la amenaza de un ataque nuclear iraní con el fin de que Estados Unidos, Europa, y especialmente Rusia y China, además de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, eleven la presión diplomática y las sanciones sobre Irán.
Por lo pronto, los israelíes han conseguido un endurecimiento de Occidente contra el gobierno de Teherán. Obvio, nada de ataques armados. Las experiencias de Irak y Afganistán lo indican. Ahora los gringos prefieren el espionaje, desaparecer los científicos iraníes. Aunque casi todo de palabra, porque no se han atrevido a imponer boicots contra el petróleo persa -tampoco en el caso de Venezuela-en previsión de aumentos inmoderados en su cotización internacional. Porque la política de sanciones y de un eventual bloqueo no funciona en un mundo multipolar donde China, Rusia e India son actores fundamentales en el comercio internacional.