Razón de mi voto
Con tan histórico titular bautizo esta columna para advertir la razón de mi voto. Soy consciente, empero, de que algunas personas y columnistas de opinión consideran que declarar el voto público es un error, incluso, un irrespeto con los lectores.
Yo, como lo he explicado tantas veces, antes que aceptar esa postura la rechazo bajo varios supuestos: la libertad de expresión, de formar opinión, la obligación de dar a conocer sucesos, hechos, opiniones pero también razones y personajes y, en definitiva, por la obligación moral que tenemos los columnistas de crear conciencia colectiva sobre puntos que atañen a la comunidad política.
Así, por ejemplo, creo trascendental recordar que si bien las elecciones para alcaldes y gobernadores son muy importantes, no lo son menos las de diputados, concejales y ediles.
Las razones en este punto abundan. Por la cercanía e identidad del voto, por cuanto se trata de las elecciones más locales, más auténticas y si cabe el término, más democráticas que existen. Porque dentro de una democracia participativa como la nuestra sin duda las elecciones más próximas al elector son o, por lo menos deberían ser, las más importantes. También, porque sobre ellas se puede ejercer más fácilmente el control ciudadano, el empoderamiento comunitario y la veeduría popular. Como si ello fuese poco, las elecciones locales demuestran el verdadero proceso descentralizador que debemos impulsar.
Lástima que en el país no tengamos aún grande conciencia sobre la importancia del voto local y nos preocupemos casi que únicamente por las elecciones de alcaldes y gobernadores. Sin embargo, esta nota tiene por objeto abrir nuestra atención a la elección local a través de la puesta en consideración de 3 nombres bogotanos que me parecen cruciales para revitalizar la política capitalina.
Estos nombres son: María Elisa Uribe Vegalara, candidata al Concejo de Bogotá, con el No. 10, el ganador, del Partido Conservador. A ella la acompañan unos y unas fabulosas candidaturas para ediles de Usaquén y Chapinero como son Laura Latancio Collins, No. 81 en el Tarjetón Conservador, y Juan Pablo Camacho, No. 82 en el mismo tarjetón del Partido Conservador. Por Usaquén tenemos a la conservadora Marcela García con el No. 91.
De manera que para votar bien hay que votar local y dentro de las Localidades tenemos estas maravillosas opciones conservadoras que renovarán cuadros y oxigenarán la política con su indiscutible voluntad de servicio.
*Presidente de la Corporación Pensamiento Siglo XXI