Samuel Hoyos Mejía | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Agosto de 2015

“Más burocracia, menos crecimiento y déficit fiscal”   

BALANCE NEGATIVO

Se acabó la fiesta

 

VAN  5 años de gobierno de Santos y el balance económico es negativo. Viene otra reforma tributaria donde nos pasarán factura por media década de derroche presupuestal; pasada la fiesta viene el guayabo. Santos despilfarró la bonanza petrolera en burocracia y politiquería, abandonó las políticas con las que se eligió para emprender un camino populista e irresponsable, que ahora tendremos que pagar.

Empezó con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, preámbulo del proceso de paz, sin tener en cuenta las implicaciones sociales y fiscales que traerá para el país. Su costo, para los 10 años de vigencia, será de 54.9 billones de pesos, según Conpes 3726. Eso, más o menos, equivale al presupuesto de Bogotá en el cuatrienio de Petro, o al 25% del presupuesto nacional. Pero el impacto de esta ley será mínimo e incluso negativo mientras el campo en Colombia siga estando sometido a la violencia de las mafias que, como a las Farc, este gobierno dejó de combatir y son la causa del problema.

Desde que Santos llegó al gobierno, creó 18 mil cargos que cuestan 2.4 billones, según cifras del presupuesto general; el gasto en burocracia para 2015 será superior a los 25 billones de pesos, un 7.4% más que en 2014; repartió cuantiosos contratos a sus amigos y antiguos enemigos; creo 22 entidades nuevas según el DAPF, entre ministerios, altas consejerías, embajadas y programas. Su política de empleo es engordar la burocracia; la industria viene decreciendo, el Banco Mundial calculó en 75% la tasa efectiva de tributación para las empresas en 2014.

Se calcula que la reelección costó, entre cupos indicativos para congresistas y publicidad política estatal, 5.3 billones de pesos. Inició los diálogos y repartió contratos: lagartos, periodistas y ongs, desde León Valencia hasta Antanas Mockus, recibieron contratos para marchas, asesorías y conferencias para convencer a los colombianos de las bondades de una paz que no se ve. Según la Oficina del Alto Comisionado para la Paz en 2014 celebró 179 contratos para promover los diálogos, por valor de 27.000 millones.

El posconflicto puede llegar a costar 187 billones de pesos según el Bank of America, y lo grave es que pagaremos el costo pero seguiremos con la guerra. Los problemas estructurales del país, incluyendo a la violencia, no se resolverán con la firma de un acuerdo de paz.

Se acabó la plata, el déficit fiscal se calcula en cerca de 15 billones y los recortes anunciados por Santos apenas llegan a 1.2 billones; el Banco de la República anunció que el crecimiento del PIB será inferior al 2.8%; vienen las vacas flacas pero Santos siguió de fiesta.