Se entiende por régimen el sistema político que rige a una nación. Desde el inicio de la República, Colombia ha tenido un régimen democrático presidencialista, con participación y control del congreso, los organismos de vigilancia, así como las cortes judiciales que soportan la institucionalidad de la nación.
Del pasado siglo a esta época solo una vez se ha visto interrumpida la democracia por un régimen dictatorial entre 1953 a 1956, de resto en mayor o menor proporción, el país se ha desarrollado bajo un régimen de democracia liberal, con aciertos y errores. De igual manera, en estos dos siglos se ha estructurado una organización política a través de los dos partidos tradicionales: liberal y conservador a mas de otros recientes partidos alternativos.
Colombia ha soportado la amenaza permanente de grupos guerrilleros adoctrinados ideológicamente, así mismo de paramilitares, organizaciones delincuenciales y narcotraficantes, que han buscado la desestabilización del país con el fin de consolidar sus operaciones ilegales.
Solo en el presente siglo se ha experimentado un nuevo gobierno proveniente de una amalgama de partidos de izquierda populista bajo un solo titulo, “Pacto Histórico”, carente de experiencia administrativa responsable, ya que no se trata de una propuesta social democrata, sino de una mezcla ideológica que viene del manido e inútil marxismo, fracaso total de muchos países, también de exguerrilleros, pues el gobernante actual es producto de ser un guerrillero que empuñó armas, haciendo tránsito a la política, con delirios de grandeza y firme propósito de implantar un régimen totalitario que le permita mantenerse en el poder y para ello, lo mas indicado es debilitar las instituciones democráticas, asegurar el control económico, apoderarse del dinero de la salud y las pensiones, regular directamente el Banco de la República, poner a las fuerzas militares bajo su mando garantizando la lealtad.
Con esto y mucho más está conformando ejércitos y colectivos civiles uniformados pagados por el gobierno como la guardia campesina con 1.200 efectivos armados de cerbatanas. De igual manera, el afán de pagar a cien mil jóvenes dizque para no delinquir, lo cual deja ver un direccionamiento como el de la famosa primera línea, que ya ha demostrado su capacidad revoltosa y delictiva como ha sido en las marchas y últimamente con la retención indebida de los magistrados de la corte suprema de justicia.
Todo lo anterior presagia el advenimiento de un régimen totalitario que es el sueño del actual presidente. Aun con las torpezas, improvisaciones, folclorismo, despilfarros y estupideces de este gobierno no se deben pasar por alto las intenciones que asoman y si los partidos políticos, tanto los adscritos al gobierno, los independientes y opositores, dentro de sus facultades constitucionales, no garantizan el orden democrático establecido en la Carta y si la institución militar y la justicia no protegen el Estado de Derecho y conservan el orden publico, permitiendo que los delincuentes tomen fuerza de Estado, Colombia en estos dos años que restan del actual mandato podría entrar a ser victima de un régimen falaz, que traerá enormes consecuencias y grandes arrepentimientos.
Ojalá esté equivocado y que en 2026 cambie la historia para así poder seguir viviendo en el país que merecen los colombianos. ¡Pero mucho ojo, se acerca el régimen!