En Colombia hay períodos de sobreoferta de leche por efectos del invierno, época en que las vacas aumentan la producción; y en los descansos escolares, también disminuye el consumo.
Pero hay otros meses, en los que la oferta es menor. Sin embargo, el consumo per cápita promedio nacional es inferior al índice internacional recomendado nutricionalmente.
Lo grave es que siendo este un alimento esencial en la dieta y la solución una ecuación tan sencilla de resolver, como si se pulveriza el sobrante y se aprovecha en épocas de escasez, el problema aún continúa.
Poco se ha hecho en tal sentido, pues las pulverizadoras existentes no son más de cinco formales y supuestamente otras cuatro informales.
En ese orden de ideas, en el Consejo Nacional Lácteo donde los productores de leche están representados por Analac y Fedegán, se han comenzado a tomar medidas con ese fin; pues ya era hora, y quizás la razón para no haberlo hecho antes es tan sencilla como saber que reconvertir la leche traída del exterior es un gran negocio para la industria, en estos momentos con el agravante de que a las grandes superficies les ha dado por tener sus propias marcas de leche en muchos casos obtenidas al parecer, pagando maquila para hacer mezclas con suero lácteo importado y agua, de tal forma que el asunto de ser confirmado, podría tornarse más complejo.
Entre tanto, las épocas de escasez han sido siempre la mejor excusa para importar grandes volúmenes de leche en polvo, causándose las llamadas "enlechadas", durante las cuales les rechazan la leche a los productores nacionales y les bajan el precio abusando del momento.
La leche importada y reconvertida no es igual a la leche entera fluida y de muy buena calidad que ofrecen nuestros ganaderos.
Al mismo tiempo, debe pensarse en que los insumos en Colombia son muy caros y no tienen ningún control de precio.
Ya dijimos que importar leche en polvo y reconvertirla a leche líquida es un gran negocio; entonces, para ser consecuentes con la solución al problema, la propuesta debe incluir los controles de la Superintendencia de Industria y Comercio SIC y del Instituto Nacional de Medicamentos y Alimentos Invima, además de brindarle al productor nacional el apoyo requerido, en principio, una compensación por el diferencial de precio internacional y a la industria, un incentivo al almacenamiento de leche en polvo nacional, de manera semejante a como sucede con el arroz y el maíz.
Lo anterior, contribuye a estabilizar la oferta y a aumentar el consumo garantizando la soberanía o autosuficiencia lechera del país, con el compromiso de todos los actores de la cadena láctea.
Recordemos que aún hay muchos colombianos que no toman leche; por eso las posibilidades de exportar podrían venir luego de atender la demanda interna y no pensar en atender otros mercados, pagándole mal a nuestros ganaderos, así se diga que las economías de escala al aumentarse las ventas vendrían a subsanar la diferencia. Eso lo veremos en ese momento y de manera conjunta mediante alianzas y consorcios gana, gana, o uniones temporales entre productores y exportadores.
Hacer pruebas piloto y estimular la asociatividad y la competitividad como condición indispensable para alcanzar el éxito. Todo concertado y por las buenas; ¡nada obligado...!