“Por un mejor trato a héroes de la salud”
La humanidad atraviesa por momentos difíciles, surgen interrogantes en la forma como se abordan los retos y las problemáticas.
Tal parece que el hombre, ser racional y libre que evoluciona a partir del conocimiento generado y trasmitido de generación en generación, no ha logrado encontrar la fórmula para lograr el bien común, tan cacareado en nuestro mundo contemporáneo.
El Papa Francisco recordó en esta Semana Santa las palabras de Jesús en la cruz: “¿Señor por qué me has abandonado?”. Con ellas quiso ejemplarizar la traición y el abandono, la traición del discípulo que lo vendió, y del discípulo que lo negó. Fue traicionado por la gente que lo aclamaba y que después grito ¡sea crucificado! Condenado injustamente por la tradición religiosa y por la institución política que se lavó las manos.
Agregaba el Papa, esto nos lleva a recordar las grandes traiciones que hemos sufrido en la vida, es terrible recordar que la confianza depositada ha sido defraudada, nace tal desilusión en lo profundo del corazón que parece que la vida ya no tuviera sentido, y lo más doloroso es la traición de quien nos prometió ser fiel y estar a nuestro lado.
Esto nos lleva a examinar los sentimientos de la humanidad, especialmente en el sector de la salud en Colombia. ¿Somos sinceros con nosotros mismos? ¿Nos daremos cuenta de nuestra infidelidad, cuanta falsedad, cuántas buenas intenciones traicionadas, cuantas promesas incumplidas, cuantos propósitos desvanecidos?
Somos muy débiles e inconstantes, caemos muchas veces, nos cuesta levantarnos, nos resulta muy difícil curar ciertas heridas.
El hombre moderno se encuentra inmerso en una vorágine en la cual no alcanza a atisbar cuál es el camino hacia el verdadero humanismo. Su trayectoria se revierte en contra del mismo hombre, provocando una serie de involución del progreso.
Se ignora los propósitos del bien común de Tomás de Aquino, que es el fundamento de la conveniencia de la naturaleza humana que promueve a los hombres como creaturas racionales y libres en la virtud, nos establece como ciudadanos responsables y éticos.
Por ello hoy lamentamos la situación caótica en que se encuentra la salud en nuestro país. El hombre se convirtió en lobo para el hombre, como lo afirmaba Tomás Hobbes, para hacer referencia a los hombres de lo que era capaz la humanidad para consigo misma.
Mientras que unos lloran la muerte de médicos, enfermeras y terapeutas ante su cortejo fúnebre, millones de seres humanos son abandonados a su suerte, nunca son atendidos oportunamente, no consiguen citas médicas, y menos encuentran medicinas. Hay humildes seres humanos que han muerto en la puerta de la misma institución.
Hubo unas ratas que se robaron el presupuesto de Saludcoop, ignoramos la actuación de la justicia, pero si es una realidad que el personal médico, enfermeras y terapeutas quedaron sin empleo.
Por eso suplicamos para que los héroes del sector de la salud pública sean tratados como seres humanos, otorgándoles trabajos dignos y herramientas que les permitan cumplir fielmente el juramento hipocrático.